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La última>

Parasitismo – por Jorge Bethencourt

   

Temprano levantó la demagogia el vuelo, compañero del alma, compañero. Le cantaría a Pedro Sánchez en una copiada elegía a la muerte de la sensatez. El secretario general de los socialistas, la joven promesa a la presidencia del Gobierno, el tipo sensato, sereno, afectado tal vez por sus clases de “humanización” a manos de una experta en comunicación -a la que se le fue la mano- ha dicho que en cuanto ponga el trasero en la Moncloa piensa hacer funerales de Estado a las mujeres víctimas del terrorismo machista. Como la Constitución prohíbe tratar de manera sectaria a los españoles en razón de su sexo, supongo que también hará funerales de Estado para los hombres asesinados por mujeres, para los hombres asesinados por hombres y para las mujeres asesinadas por mujeres. La competencia por ser el más guay del Paraguay se pone cada vez más difícil. Entre Pablo Iglesias, con lo de la paga para todos los españoles por el simple hecho de ser ciudadanos, y Pedro Sánchez, con el asunto de los funerales de Estado para las víctimas de la violencia machista, resulta difícil elegir qué medida resulta más escandalosamente oportunista. La violencia de los más fuertes contra los más débiles, el abuso de los poderosos, forma parte indisoluble de la historia del mono que usa pañuelo. Los seres humanos se matan entre sí de forma habitual. A veces de forma individual y a veces masivamente, de forma organizada en esos asesinatos industriales y legales llamados guerras. Hay hombres que matan a mujeres. Y a otros hombres. Hay muertes al por menor y en plan mayorista. Hay gobiernos que ejecutan a ciudadanos. Hay países que invaden otros países y matan a sus ciudadanos. Hay fanáticos que se vuelan en un tren con decenas de pasajeros. Hay muerte y violencia en la literatura, en el cine y en la vida. Y hay, también, gente astuta que parásita la propia idea de la muerte.