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... y no es broma >

Te han puesto a parir – Por Conrado Flores

   

Cuando la presidenta del Círculo de Empresarios, Mónica Oriol, dijo hace poco más de una semana que prefería contratar “a una mujer de más de 45 o de menos de 25 años” para evitar “el problema de que se quede embarazada” me quedé un tiempo con el ceño fruncido. Y me fastidia porque se me están acentuando las arrugas en la frente. Una mujer discriminando a las de su género, vivir para ver.

Este problema de que las mujeres se queden embarazadas viene de antiguo, de mucho antes de que desarrolláramos la escritura o trabajáramos la tierra. Por algún motivo biológico a machos y a hembras nos dio por copular desde que nos conocimos. Y no precisamente porque no hubiera nada que hacer o no hubiera TDT. De hecho, seguimos haciéndolo durante la inauguración de los Juegos Olímpicos o las galas espaciales de Gran Hermano. Somos así, a los seres vivos nos va el rollete. Y claro, de aquellos polvos, estos lodos.

Poco después de aquellos coitos ancestrales, y a excepción de una serie de familias acomodadas que podían pagarse una chacha de origen exótico, nos vimos criando a nuestra descendencia, con lo que eso cansa y estropea la piel. Lo que no sé es por qué he utilizado la primera persona del plural ya que los hombres empezamos a criar a nuestros hijos no hace mucho. Lo nuestro era ir a cazar, a la guerra, a cargar piedras, a beber alcohol o a copular con otras hembras.

No nos engañemos, cuando las mujeres empezaron a trabajar llegaban a casa y seguían haciéndolo hasta que se metían en la cama. Y hasta allí seguían trabajando para nosotros. Eran las esclavas del señor, que diría un cura de postguerra. Les costó sangre, sudor, lágrimas y un par de cosas más que entendiéramos que valen lo mismo que nosotros y nos exigieron tener los mismos derechos que cualquier ciudadano varón. Incluso poder elegir entre ir a votar o quedarse en casa por no tener a quien.

Y después de todo este tiempo, de demostrar que son tan o más profesionales que nosotros, de tener la presión de ser buenas madres, esposas y amantes, y de que por ellas no pasen nunca los años, resulta que el problema es del tipo ‘paleolítico inferior’: las mujeres se quedan embarazadas. Lo dice una multimillonaria de cuna franquista casada con un Aznar.