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Campus de excelencia – Por Antonio Alarcó

   

Esta semana hemos leído con tristeza las declaraciones del vicerrector de Internacionalización de la Universidad de La Laguna (ULL), Rodrigo Trujillo, alertando de que los Campus de Excelencia Internacional (CEI) están en peligro por falta de fondos, y pide al Gobierno de Canarias que realice un esfuerzo para aportar financiación y poder consolidar esta marca otorgada por el Ministerio de Educación en el año 2010. Tal y como recoge su página web, el CEI de las universidades canarias es una apuesta geoestratégica-tricontinental para convertirse en el centro atlántico referente como catalizador de talento y de proyectos docentes, de investigación, de innovación y transferencia para el eje Europa-África-Latinoamérica. Debemos recordar que el proyecto, llevado a cabo por la Universidad de La Laguna (ULL) y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), recibió la calificación de CEI 2010 de ámbito regional, por su alto potencial para alcanzar el nivel de excelencia en el panorama regional europeo. En aquella ocasión, de los 22 planes preseleccionados en la primera fase, ocho obtuvieron la calificación de Campus Excelencia Internacional (CEI) y 6 la de Campus de Excelencia Internacional de ámbito regional europeo (CEIR). nunca, juntos somos más que dos.

Tal y como afirmamos en aquella ocasión se trató de un gran éxito además de ser aplaudidos por la Comisión Internacional Evaluadora, logramos la máxima financiación otorgada que ascendía a unos 5,3 millones de euros y garantizaba una continuidad hacia su siguiente objetivo; conseguir la Excelencia Internacional en 2012. Cuatro años después estamos ante una encrucijada y aunque el Gobierno del Estado hizo un esfuerzo considerable y concedió a ambas universidades cuatro millones de euros, no pudieron aceptarlo por el nivel de endeudamiento de nuestra Comunidad Autónoma, tal y como reconoció el propio vicerrector de Internacionalización de la ULL. Sin duda, hablamos de una mala noticia pues para nosotros la enseñanza es concebida como una de los pilares ineludible e inexcusable en el Estado de Bienestar, y por lo tanto el compromiso de todos con nuestras Universidades, en su función de crear hombres y mujeres libres y empleables, ha de ser permanente. Además, el verdadero cambio de modelo económico ha de pasar por I+D+i+d. Hay que favorecer la excelencia y en la Universidad más si cabe, pues aquí se desarrolla más de cincuenta por ciento del I+D+i y habrá que propiciar que haya transferencia de conocimiento y patentes. Pero claro, no podemos esperar nada de un Gobierno que está dando la espalda a la realidad que se vive en nuestras Islas, que con sus hechos demuestra cuáles son sus prioridades y que encima se permite el lujo de tomar decisiones según el capricho de su presidente, Paulino Rivero. Mientras se pone en peligro a los Campus de Excelencia, que tiene como algunos de sus objetivos favorecer el desarrollo económico territorial y crear empleo, el Gobierno de Canarias prefiere mirar para otro lado y destinar los recursos de todos los canarios en respaldar los cuarenta organismos, entes, fundaciones y empresas públicas que les sirve de propaganda, y además incrementarlo con la agencia tributaria canaria. Hablamos de 337 millones de euros, lo que representa el 33% más que en 2014, sin contar que la nueva Agencia Canaria de la Investigación nos costará 41 millones de euros, y a la Televisión Canaria también se le dará otros 38 millones, 4 millones más en el pasado año. Si sumamos ya tenemos casi 80 millones que bien hubieran servido para nuestros Campus de Excelencia. Si a esto le añadimos el capricho de Rivero con las prospecciones deberíamos añadir 40.000 euros que ha costado la encuesta realizada, sin hablar de que para contentar a su protegido Fernando Ríos ha aumentado el presupuesto del Comisionado para el Desarrollo del Autogobierno y las Reformas Institucionales hasta alcanzar los 200.000 euros, más los 303.000 que nos cuesta a todos mantener la oficina del Gobierno en Madrid, hablamos de otro total de más de medio millón de euros que seguro que las Universidades tampoco hubieran despreciado. Tendríamos que recordarles a los miembros del Ejecutivo regional que la riqueza que el sistema universitario puede generar es infinitamente mayor que el coste que puede representar, pues cada euro destinado a formación no es un gasto, sino una inversión de futuro. Pero claro, cómo vamos a hablarle de futuro a un Gobierno interino y precario que sabe que tanto su presidente como vicepresidente no volverán a repetir como candidatos. Esto sería igual que pedirles peras al olmo. Por lo menos durante cinco meses. Si no se toman medidas a tiempo el daño que se le puede hacer a las universidades será irreversible e imperdonable.