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DESDE LA ÓPTICA >

Entre aficionado y entrenador – Por Javier Rabanal

   

Dicen los entendidos que en España todos llevamos un entrenador dentro y no es del todo incierto. En mi caso puede que lo lleve un poco más que los demás, aunque cada día menos. Lo cierto es que el partido de Alcorcón, según el enfoque con el que se mire puede provocar hasta regocijo. Si lo miras desde la perspectiva de un entrenador que ve un partido por la televisión con mayor querencia por un conjunto que por el otro, verás multitud de virtudes en el equipo. A la ya habitual férrea defensa se sumaron hechos constatables como el dominio de los tiempos y del rival, la escasez de errores en la portería, la sobriedad de defensa y medio campo y alguna que otra cosa más. Desde este mismo punto de vista el punto es muy bueno por la dificultad del rival en su feudo así como por los resultados cosechados por el resto de equipos. Además la línea del equipo en cuanto a puntos empieza a ser buena pese a no tener goleador. Ha sumado cuatro de los últimos seis puntos ganando la semana pasada a un rival capaz de empatar con el ahora mismo invulnerable Sporting de Gijón.

Todo son por tanto datos para el optimismo ya que sin la necesidad de fichar a un portero en el mercado de invierno el director deportivo podrá traer a un delantero que acompañe e Ifrán en esta corta plantilla. El problema viene si ves el partido como aficionado. En mi caso, tras ver un rato el baloncesto tenía la duda de ver el Manchester United frente al Liverpool o el Atlético de Madrid contra el Villarreal. En un principio me decanté por la Liga española y en esos primeros minutos sólo pude ver un contra llevada por Arda Turán que se perdió ante el exceso de conducción del turco.

Vista esa jugada decidí cambiar el duelo entre Simeone y Marcelino por el partido de nuestro equipo patrio. ¡Vaya error amigo! El partido fue un exceso de centrocampismo poco productivo de un equipo local que buscaba perforar la portería de Carlos con muy poca convicción y menos recursos frente a un Tenerife retrasado en el campo, compacto y que buscaba las contras con Suso porque buscarlas con Aridane es como esperar que el del bar te regale un boleto premiado de lotería después de no habérsela pagado por no rascarte el bolsillo, pura invención. La primera parte creo que ni la recuerdo. Si en vez de en el trabajo hubiera estado en el sofá con la baba hago un río. En la segunda, un cabezazo cruzado de Aitor Sanz, un tiro en la frontal del mismo jugador que además corre 40 metros para recuperar el rechace (vaya huevos amigo), un mano a mano de Aridane Santana abortado por la defensa ante la alarmante falta de velocidad del grancanario y poco más. Eso sí el poco más es para destacarlo.

Un mal centro que Carlos no ve y acaba en el larguero. Cámara piensa que va a salir y no corre, llegando el jugador local para devolver la pelota al área y susto para todos. Y para mí, lo mejor del partido: una cesión a Carlos que este controla con el pecho casi en la línea y despeja de volea. Espero no estar inventándolo porque los comentaristas no dijeron nada y me crearon la duda. A lo mejor estaba durmiendo y lo soñé sin darme cuenta.

Lo vean como lo vean, ahora toca animar en casa al equipo que de ganar sumaría siete de nueve puntos y con eso la vida se puede ver de otro color.