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Culpabilidad y dignidad – Por Tomás Cano

   

Comienzo con un título que es una yuxtaposición para hablarles de nuevo de Tripadvisor. Hoteleros, oferta complementaria, han auspiciado el crecimiento de esta plataforma porque contestamos a cada una de las opiniones cuando la política a seguir debería ser el silencio. Aunque nosotros solos no tenemos la culpa; la red es global. Hemos abierto las puertas a que los directores de hotel estén preocupados por los comentarios vertidos, o que las grandes cadenas tengan su propio comité para discutir esas opiniones de huéspedes desencantados, que en algunos casos sus comentarios sirven para implementar medidas correctoras en la gestión. Pero la gran mayoría no son más que descalificaciones absurdas y nosotros, con nuestras respuestas también absurdas, vamos engordando el caballo de Tripadvisor como si fuera el caballo de Troya, porque está dentro de nuestros hoteles, de nuestras vidas. El trato de Tripadvisor hacia los establecimientos no es parcial, ni se cuidan los contenidos. Se puede llamar a quien quieras estafador, nefasto hotel El Resplandor, y un largo número de títulos de películas. Cuando en alguna ocasión quieres contestar al cliente con cierta dureza, te rechazan los comentarios de la dirección aduciendo siempre el mismo tópico, si no se lo inventan. Mi pregunta es hasta cuándo y cuánto aguantaremos que una plataforma digital se llene los bolsillos gracias al miedo y la coacción de todos y cada uno de nosotros. Díficil respuesta. El hotelero ha sido cobarde en estos temas, está asustado y no encuentra solución. Solo sigue las directrices de Tripadvisor, o le compra paquetes que ellos venden como perfil plus u otros productos. Estamos sometidos a esta herramienta informática, que la única forma que tenemos de frenarla parcialmente es con el más absoluto silencio, y dejando de comprar sus productos. Yo la llamaría plataforma irónica. Yo diría que al final las empresas y los hombres mueren debido a las palabras. La palabra es la única facultad que distingue a los hombres. ¿Por qué la malgastamos en tal forma que en ciertas ocasiones sería mejor que fuésemos sordos y mudos? Con Tripadvisor tendríamos que ser mudos. Si esa fuera la actitud que poco a poco imperara en nuestro sector, también se extendería a nivel global. El trabajo es lento pero hay que acabar con el caballo de Troya y buscar otras vías de comunicación con nuestros clientes reales, no ficticios o amparados en pseudónimos. Que nadie me malentienda. Todo el mundo tiene derecho a vivir, pero dentro de unas reglas. No a la anarquía de Tripadvisor y a su desprecio más absoluto al esfuerzo diario de miles de directores de hotel que trabajan duro por dar el mejor servicio a sus clientes.