ÓSCAR HERRERA | Santa Cruz de Tenerife
Dos victorias seguidas en el Heliodoro y dos empates consecutivos a domicilio avalan el cambio en el banquillo del CD Tenerife. Cuatro partidos sin perder desde que Raúl Agné aterrizó en la Isla asientan la teoría de los que defendían que la salida de Álvaro Cervera del equipo insular se tenía que haber producido con anterioridad. Numéricamente, los registros del conjunto blanquiazul desde que es timoneado por el preparador de Mequinenza son buenos, sin llegar a ser óptimos. Pero sí suponen una bocanada de aire fresco en un equipo que estaba en estado depresivo en el período final de la era Cervera.
Ocho de 15
Agné ha cumplido ya sus primeros 450 minutos como entrenador tinerfeñista; cinco partidos en los que su equipo ha sumado dos triunfos, dos empates, y una derrota. Un ocho de 15 que ha servido para ir abandonando posiciones de zona de emergencia en la parrilla de la categoría. “No hemos hecho nada y hemos hecho mucho”, significaba el míster del Tenerife el pasado viernes, en clara alusión a que, si bien el equipo había dado pasos hacia adelante en su recuperación, la desventaja de una errática trayectoria liguera dejan al representativo todavía en una situación de alerta permanente.
Sin embargo, las señales recibidas por el vestuario desde que Agné se puso manos a la obra hace poco más de un mes han sido todas de signo positivo. Durante la semana de trabajo, el trío técnico formado por Raúl Agné, Fabián Rivero y Toni Masferrer ha inculcado una severa pero amena dinámica de trabajo.
Entrenamientos intensos
Es en las sesiones de trabajo dónde más se aprecian los cambios que luego se interpretan en los encuentros. Ni un respiro en entrenamientos, que llegan o superan las dos horas de trabajo, donde el papel del estratega blanquiazul no se limita a un par de indicaciones y fiscalizar el trabajo grupal.
Luego, a la hora de afrontar los partidos, el CD Tenerife ha dejado atrás el aroma de equipo especulador y poco atrevido que lo marcaba como seña de identidad principal a la hora de definir su estilo de juego. Uno de los aspectos que más se valora desde la grada hacia este nuevo Tenerife es el hecho de no haber perdido solidez atrás, habiendo ganado en eficacia ofensiva.
La escuadra chicharrera arrastraba desde la temporada pasada una marcada esterilidad goleadora, con serias dificultades a la hora de ver portería. Ahora, el efecto Agné ha conseguido no depender en exceso de un solo jugador (Ayoze Pérez o Diego Ifrán); lo que ha enriquecido el paisaje de futbolistas que se han asomado al gol.
Además, exceptuando el primer partido del técnico aragonés frente al Girona, el CD Tenerife ha salido, a los puntos y con resultados, vencedor de duelos tan exigentes como los que ha disputado hasta ahora, donde además se ha visto a un conjunto camaleónico que ha sabido adaptarse a las características de cada rival. El revulsivo Agné es ya un hecho que ha logrado recuperar la ilusión de la parroquia local.