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Laguneros positivos – Por Domingo J. Jorge

   

No es que yo me vaya a atrever, líbreme Dios, a hacer dos listas, una de los laguneros positivos y otra de los negativos. Ni mucho menos, al contrario, si me tocara realizarla, haría solo una, y sería en positivo. Sería una lista en la que incluiría a las más de 250 personas que acudieron, ayer sábado, a la I Jornada La Laguna en Positivo. No por haber estado, sino por haber ayudado a relatar entre todos lo positivo que tenemos en nuestra vida.

También buscaría un lugar en ese listado optimista para los ponentes de La Laguna en Positivo: César Sar, María Pino Brumberg, Leocadio Martín, Eduardo Jauregui y el padre de esta feliz aventura, el psicólogo lagunero José Juan Rivero. No se me antoja que sea un cajón de sastre en el que todo cabe, sino que prefiero llamarlo un cofre de grandes corazones, en el que cabe todo aquel que desea llevar en su vida el carné de lo positivo en la boca, carné que nada tiene que ver con la ideología y sí mucho con los deseos de participar. Algo así es lo que vislumbré el sábado en el Aguere Espacio Cultural, donde estaba entre bambalinas, Fernan, quien capitanea el inolvidable cine Aguere, y en el que un grupo de ciudadanos querían confirmar que otro modelo de vida es real, el modelo de lo positivo.

Sí, la organización de la próxima Jornada La Laguna en Positivo ya camina, y nos barruntan que otros municipios ya están pidiendo la fórmula a seguir, aunque poco laboratorio es necesario para crearla, porque quieren llevar a cabo iniciativas como ésta entre sus límites consistoriales. Está claro que hoy hay dos palabras que estamos volviendo a recuperar: participación, que no es nada nuevo, siempre la ha habido, y el optimismo, eso que tanto caracteriza al lagunero, al tinerfeño, y que va en la idiosincrasia del canario, reinventarse, llevar la frente alta y portar nuestra alegría frente a la vida. Como decía abuela: “Humildes pero felices”.

Insisto, de las puertas del Aguere ayer salían caras felices, y no había dentro de la sala un circo, sino un grupo de más de 250 personas que deseaban irradiar su lado positivo de la vida y su felicidad, transmitírsela a otros, y contar su experiencia, como de situaciones duras se saca también lo positivo.