Putin ficha a Maduro – Por Gerardo Daniel Settecase

Cuando un jugador abandona un equipo, este ficha otro. Algo que ocurre hoy en Latinoamérica en lo geoestratégico, pues tras las nuevas relaciones entre Estados Unidos y Cuba, el puesto de “enemigo del Imperio” lo ocupa una Venezuela apoyada por un Vladimir Putin ávido de mantener el control ruso en la región, proveyéndole desde hace una década de armamento bélico y represivo que el chavismo sí puede pagar. Cambio de jugador latinoamericano prorruso (antes soviético) que generara amenazas mutuas entre la Casa Blanca y el Palacio de Miraflores, solo dirigidas a los “mercados electorales internos”, pues ambos se necesitan. Uno de petróleo cercano, y otro donde ocultar faltantes de Pdvsa y Citgo pues, entre las sanciones anunciadas, el presidente estadounidense Barack Obama no incluyó la inmovilización de fondos venezolanos en el estado de Delaware; ni su par venezolano Nicolás Maduro la interrupción de la venta de petróleo, o el cierre de las gasolineras Citgo y la refinería en Estados Unidos. Solo falsas amenazas de líderes de dos países ampliamente vinculados en lo comercial con las que solo perderá Venezuela, pues al endurecer su política exterior hacia este país, Obama se acerca al opositor Partido Republicano; mientras con su apoyo a Caracas Putin oculta crisis económica, corrupción, terrorismo de Estado, y especialmente la pérdida de Cuba, bastión en el corazón del “imperio” para los muchos románticos del comunismo que hay aún en Rusia. Maduro solo logra mas “pruebas” de supuestos intentos de magnicidio, desestabilización y golpes de Estado, sin comprender que, como ocurrió a Cuba, Estados Unidos y Rusia le utilizan ya en su campeonato geoestratégico al que se presta el chavismo en Latinoamérica, ocupando el puesto dejado por la isla caribeña, y que además no le pagarán los daños ya vistos allí durante décadas.

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