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La construcción intenta resistir ante la crisis

   

Decenas de constructores en la Isla mantienen su maquinaria paralizada, tratando de evitar los despidos de los trabajadores con mayores cargas familiares. | ACFI PRESS

EUGENIA PAIZ | Santa Cruz de La Palma

El imparable descenso de la actividad de la construcción en La Palma coloca cada día a empresarios y a trabajadores del sector en una situación más delicada, casi al borde de un abismo económico sin precedentes, con la materialización de los temidos expedientes de regulación de empleo a los que se han visto abocados en las últimas semanas promotores de reconocida solvencia a nivel insular durante más de tres décadas. Si las promociones de viviendas privadas ahora paralizadas son la prueba visible de esta preocupante situación en el territorio palmero, no lo es menos la merma de la actividad de entidades como las asesorías laborales, así como otros muchos negocios de la Isla especializados en la venta de material, donde también se registran un incesante goteo de despidos.

Los datos del paro sólo en la construcción que arroja el recién concluido mes de julio es de 1.887 personas desempleadas, en medio de un proceso de constante esfuerzo por parte de los agentes sindicales, que llaman la atención sobre la “economía sumergida que también existe en este sector” y que si bien impide “que muchas familias pasen hambre”, paralelamente “hacen mucho daño a una economía cada vez más debilitada y cuya responsabilidad no recae en los contratados sino en los contratantes”.

Mientras tanto, desde las distintas patronales palmeras, ya sea la Delegación palmera de la Cámara de Comercio, desde la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa y desde la Federación Provincial de empresarios de la Construcción, Fepeco, se insta a las instituciones palmeras a la contratación de empresas palmeras para la realización de las pocas obras que aún están en proceso de adjudicación y que también se están viendo seriamente condicionadas por los recortes que en materia de inversión padecen las arcas públicas, ya sean estatales, regionales o locales.

Fepeco ha llamado la atención sobre el alto porcentaje de paro en la construcción, por encima del 22%, sólo precedida por el sector servicios, con períodos muy concretos durante el pasado año en el que se perdieron en sólo seis meses 400 puestos de trabajo. Los intentos de las patronales palmeras por invitar al Cabildo a la contratación de empresas locales a la hora de la adjudicación de obras y proyectos para mantener la máxima actividad y el nivel de empleo y procurar que la administración con sus inversiones pueda activar la contratación de personas paradas en el sector no dad resultado, a la vista de las cuantiosas mermas que vienen sufriendo tanto este año como en el ejercicio anterior los capítulos presupuestarios destinados a la inversión. A esto se suma que a los concursos de adjudicación de las administraciones que ejecutan obras en La Palma se presentan cada vez un mayor número de empresas de muchos puntos de la geografía nacional, lo que sumado a la bajada de las licitaciones de obra pública, que han caído a tasas del 60% por los recortes presupuestarios en las administraciones, está teniendo una gran incidencia en el sector.

Diversos materiales permanecen apilados a la espera de ser utilizados. | ACFI PRESS

El presidente de la delegación palmera de la Cámara de Comercio, Mauro Fernández, subraya la “preocupante” situación y subraya que se necesita “la agilización de los procesos de toma de decisiones, la aprobación de los planes generales de ordenación pendientes, el fomento de la cooperación pública y privada” todo ello para “contrarrestar el recorte de gastos y oferta de empleo público, simplificar los trámites administrativos y agilizar aquellas obras públicas que ya están presupuestadas, movilizando los fondos pendientes en los planes financiados por el Estado que ya están dotados”. Más allá de estas necesidades, Mauro Fernández aclara que otro aspecto fundamental en la flexibilización en el acceso al crédito y la financiación que las empresas de la construcción necesitan para seguir adelante.

En los últimos cuatro años el sector de la construcción en La Palma ha venido sufriendo “un deterioro progresivo del que no vemos el fin y que reduce el número de empresas”. Se ha registrando una caída del 21%. Esa rebaja porcentual supone en términos numéricos que de las cerca de 1.000 empresas censadas en el IAE a día de hoy, apenas quedan 700.

Especialmente afectados se han visto los subsectores de preparación de terrenos y derribos, instalaciones y montajes, revestimientos y conservación de obras. Otros datos, en este caso provenientes de la Encuesta de Población Activa (EPA) analizado por la Cámara de Comercio, evidencian que en un sólo trimestre y tras cuatro años de caída consecutivos, la construcción ha perdido cientos de ocupados en La Palma, por lo que la institución cameral considera prioritario “fijar una política prioritaria, cortar con esa sangría de puestos de trabajo que está sufriendo la construcción si pretendemos que el mercado laboral mejora a mayor velocidad, ya que es una actividad muy intensiva en mano de obra”.

Juan José, que durante años trabajó como oficial de primera para una empresa palmera de la construcción y que terminó negociando su salida de la compañía temiendo la proximidad de una expediente de regulación de empleo, relata a DIARIO DE AVISOS como “aposté por invertir los ahorros de toda la vida en comprar algo de maquinaria y crear mi propia empresa”. “Sabía que era difícil, que las cosas estaban mal, pero quería intentarlo porque este trabajo es lo único que se hacer”. Un año y medio más tarde, mientras se toma un café después de haber trabajado en la jornada doce horas porque “ahora sólo tengo a un compañero contratado y yo soy el que más horas hace”, reconoce que “terminamos la obra que tenemos, pequeña, en una casa la próxima semana, y todavía no sé que vamos a hacer el jueves”.

Las pequeñas obras ejecutadas por las administraciones públicas se ha convertido en la salvación para algunas empresas. | ACFI PRESS

Juan José es ejemplo de la situación de algunos pequeños empresario, mientras otros, con hasta 40 trabajadores contratados negociaban esta misma semana el despido de más de la mitad de la plantilla para mantener al resto. “Sino lo hago así -nos cuenta este constructor, que prefiere mantenerse en el anonimato- en pocos meses todos se irían a la calle y eso sería mucho peor. Lo hemos intentado, hemos aguantado todo lo que hemos podido, pero hasta aquí hemos llegado porque ya no podemos aguantar más tiempo”.

Lo que a principios del año 2008 era aún crecimiento, con repuntes del 10% en la creación de nuevas empresas de la construcción, se ha tornado ahora en una merma de la actividad económica en la que subyacen perfiles humanos diversos: lo mismo hombres de 50 años que jóvenes de 25 que no tienen formación. Mientras sopesan “reciclarse” para luchar en el cada vez más competitivo mercado laboral con desiguales perspectivas en base a su edad, se preguntan cómo llegar a fin de mes, qué hacer cuando se agote el paro.

Tratar de subsistir bordeando el abismo del paro

Los que logran mantener sus contratos en la construcción se sienten “privilegiados” en momentos de crisis como los actuales. Las pequeñas empresas trabajan de una semana para otra con la incertidumbre de “ver si nos sale algo para seguir tirando”.