“El PP local está absolutamente secuestrado por Milagros Pérez”

Cinco de los seis concejales rebeldes, en una rueda de prensa. / M. PÉREZ

GABRIELA GULESSERIAN | Santa Úrsula

Hace un año y diez días, seis concejales del grupo del Partido Popular (PP) de Santa Úrsula sorprendieron a propios y extraños por haberse rebelado contra la alcaldesa, Milagros Pérez, de su misma formación política, al presentar en un pleno una enmienda a su plan económico-financiero en la que proponían unos recortes más profundos.

Desde entonces, Juanjo Afonso, Damián González, Valentín Correa, Esteban Jesús Morales, Cathaysa Rodríguez y Alejandro Alonso, ya no forman parte del Gobierno local y demandan una respuesta sobre su situación al PP, partido en el que confiaron y que, según ellos, está “absolutamente secuestrado por Milagros Pérez”.

En este sentido, consideran que sus dirigentes deben saber que “el PP de Santa Úrsula no existe, no se convocan las reuniones del comité local y si se hacen son de forma clandestina porque no les avisan, pese a que son miembros de derecho”. Por si fuera poco, subrayan que este año se tendrían que haber celebrado elecciones a la presidencia y tampoco se hizo”.

Igual que desde el primer día de su rebelión, dicen estar unidos y hablan en nombre del grupo para evitar personalismos. Eso sí, confiesan que prefieren ser llamados “críticos” en lugar de rebeldes, como popularmente los conocen, por la connotación negativa de esta palabra. Además, añaden, “no se han rebelado ni han ido contra nada, han cumplido con su obligación”.

Creen que el partido todavía “no ha puesto la carne en el asador” y que sus dirigentes “deberían tomar decisiones” respecto a la situación en el Ayuntamiento de Santa Úrsula. Entre otras cosas, porque “se sigue beneficiando de una asignación de grupo que asciende a 680 euros mensuales, más los 50 euros por concejal”.

Insisten en que “están manteniendo un partido con el cual no tienen contacto” y por eso, desde hace un año, quieren que su situación se resuelva. Sin embargo, se quejan de que sus dirigentes “no los atienden” y citan como prueba que la última carta que enviaron al partido data del 15 de julio y todavía no han tenido respuesta.

TOMAR CARTAS EN EL ASUNTO

Pero además, sostienen que el PP debe “tomar cartas en el asunto” porque “no es la primera vez que Milagros Pérez tiene discrepancias con miembros de su formación política”. Conviene recordar que en octubre de 2006, unos meses antes de que comenzara la campaña política de las elecciones de 2007, la concejal María Jesús Álvarez abandonó el PP por “absoluta incompatibilidad” con la actual y entonces presidenta del comité local, Milagros Pérez.

En el mandato 2007-2011, recuerdan, también renunció María Candelaria Hernández por “desavenencias” con Pérez, que pese a no estar en el Ayuntamiento, “seguía dirigiendo el partido”, y su acta pasó a Iván Mauricio Andueza Pulido. Más tarde lo hizo José Francisco Correa Sánchez, número 2 en la lista, pero “antes de que se hiciera efectiva, retiró la renuncia por intermediación de la Ejecutiva insular”. Ninguno de los compañeros de mandatos anteriores acompañaron a Milagros Pérez en las últimas elecciones, a excepción de Iván Mauricio, que iba en el número 12.

UN CARÁCTER “COMPLICADO”

“El partido nos decía que sabíamos del carácter complicado de la alcaldesa, pero ellos lo sabían antes que nosotros y no han hecho nada”, recalcan. Pero además, aclaran que “nadie en el PP se ha llevado ninguna sorpresa” de lo ocurrido porque “mucho antes los rebeldes habían comunicado sus discrepancias con Milagros Pérez. Justamente, una de las propuestas que incluía la enmienda que presentaron era anular los contratos que después fueron denunciados en la Fiscalía por supuestas irregularidades”, recuerdan.

Precisamente, este último hecho lo consideran “muy grave”, dado que demuestra que el partido cuestiona su modus operandi en lugar del de la alcaldesa, “que tiene puesta una denuncia en la Fiscalía y está imputada”. Los seis consideran desafortunadas las declaraciones de algunos de sus dirigentes, quienes los han acusado de “querer escalar políticamente”, una afirmación que desmienten de forma rotunda. De ser así, subrayan, “hubiésemos dejado pasar las cosas y aguantábamos hasta las próximas elecciones”.

Por último, dejan claro que “no quieren sentarse a crear un ambiente tenso, sino hablar, porque un presidente insular y un secretario, además de sacarse fotos en las procesiones están para tomar decisiones y no se puede dejar Santa Úrsula a la deriva”. Y para evitar esto último insisten en que “es indispensable” que se resuelva su situación.