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Absuelto el acusado de un homicidio en marzo de 2011 en La Verdellada

   
Juicio asesinato arma blanca de un vecino en el barrio lagunero de La Verdellada

Finalmente, nada probó que éste fuera el cuchillo que mató a la víctima. / FRAN PALLERO

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

El Tribunal de Jurado popular decidió este jueves por mayoría suficiente declarar no culpable al acusado de un supuesto homicidio acaecido en el barrio lagunero de La Verdellada allá por marzo de 2011.

Este veredicto del jurado, que llega tras día y medio de deliberaciones, se basa fundamentalmente en la ausencia de pruebas incriminatorias que demuestren de forma fehaciente que el hasta ahora acusado era el responsable de la muerte de la víctima, tal y como argumentaba la Fiscalía, que solicitaba una pena de 12 años de prisión.

apuñala vecino La Verdellada

Primera sesión del juicio con jurado por este caso. / FRAN PALLERO

Impera la defensa

Sin embargo, han sido las tesis expuestas por el abogado defensor, el letrado tinerfeño José Luis Gutiérrez, las que finalmente han imperado en esta vista oral, celebrada por la Sección Sexta de la Audiencia provincial de Santa Cruz de Tenerife desde el pasado lunes.

Cabe recordar que la versión de la Fiscalía apuntaba como antecedente una supuesta deuda entre ambos protagonistas, y que se habría ventilado en un proceso anterior. Disconforme con el resultado, la víctima acudió el día de autos al barrio y allí dio con el acusado, con el que tuvo supuestamente una reyerta en un portal durante la cual la víctima sacó un cuchillo que el acusado logró arrebatarle y con el que le asestó una puñalada mortal.

Sin embargo, ahora el jurado ha descartado tal versión al entender probado que las heridas que presentaba en la mano el acusado eran arañazos al arreglar una avería de su moto, como se probó en una pericial de la defensa. Tales heridas explican igualmente el hecho de que se encontrase sangre en la ropa del acusado.

No concluyente

También se entiende fundamental que los forenses no concluyeran que el ADN hallado en el cuchillo considerado como arma mortal fueran de la víctima, o que esta presentase una herida de 10 centímetros de profundidad cuando dicho cuchillo solo tiene nueve centímetros de hoja.

Y, desde luego, que ninguno de los testigos viera a la víctima entrar o salir en el portal en cuestión también pesó en la decisión de los miembros del jurado.