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Ultiman el despegue de la terminal

   

La nueva terminal del aeropuerto palmero culmina el pormenorizado proceso de transición, iniciado en el año 2009. | DA

DIARIO DE AVISOS | Santa Cruz de La Palma

Desde su nacimiento en 2001, para gestionar la puesta en explotación de la T4 de Madrid-Barajas, la Dirección de Transición de Aeropuertos de Aena desempeña un papel importante para garantizar el éxito en la puesta en explotación de las nuevas infraestructuras o ampliaciones de los aeropuertos españoles, entre las que destaca este año la de La Palma.

El responsable, Ángel Gallego Ruiz, es un excelente conocedor de los aeropuertos españoles y, en concreto, de los aeropuertos canarios. Ingeniero Aeronáutico, trabajó en 1976 para la Subdirección General de Infraestructuras Aeroportuarias en las obras de construcción del Aeropuerto de Tenerife Sur, ejerciendo como Director del Aeropuerto entre los años 1984 y 1993. Posteriormente fue nombrado Director de Aeropuertos en el año 1996. Fue en enero de 2001 cuando ejerció como Director del Aeropuerto de Madrid-Barajas hasta su nombramiento como Asesor de la Dirección General para Transición del Aeropuerto Madrid-Barajas, finalmente convertida en la Dirección de Transición de Aeropuertos, de la que es su máximo responsable.

- La labor de Transición va mucho más allá de probar una nueva infraestructura semanas antes de su puesta en explotación. ¿Cuánto tiempo antes empieza en realidad el trabajo en cada Aeropuerto?

“El inicio en cada aeropuerto cambia en función de la infraestructura. Así en Madrid-Barajas comenzamos en 2001 y se puso en explotación en febrero de 2006. En Barcelona-El Prat comenzamos en 2005 y se puso en explotación en 2009. En Málaga y Alicante comenzamos en 2006 y se pusieron en explotación en 2010 y 2011, respectivamente. También hemos trabajado en otras puestas en explotación, como los aeropuertos de Logroño, Burgos y Huesca, los helipuertos de Ceuta y Algeciras, la Ampliación de Valencia para la Copa América, la Nueva Terminal de Zaragoza para la Expo y las nuevas terminales de León y Pamplona, con períodos de actividad mucho más reducidos. En el caso del Aeropuerto de la Palma, comenzamos en el año 2009”.

Ángel Gallego Ruiz, director de transición de aeropuertos de AENA . | DA

- ¿Se sigue la misma metodología en un gran aeropuerto internacional que en una pequeña terminal?

“La metodología, con adaptaciones a cada aeropuerto, en esencia es válida para un gran aeropuerto como Madrid-Barajas o para un helipuerto como el de Algeciras. Esta misma metodología es la que se ha aplicado en el caso de la Nueva Terminal de La Palma. En concreto Transición se basa en cuatro pilares fundamentales para llevar a buen puerto la puesta en explotación de una nueva infraestructura: definición del modelo, en su vertiente operativa y de explotación: en colaboración con el aeropuerto se identifican las actividades operativas existentes en su nueva configuración y se analiza si deben ser realizadas por personal propio o externalizadas, dimensionando tanto la plantilla como los servicios contratados. Se realizan propuestas de asignación de medios aeroportuarios, así como de nuevos espacios, previo análisis de las necesidades de compañías aéreas, agentes handling, concesionarios comerciales, etc. Se estudia la viabilidad de implantar un modelo de Gestión del Tiempo Real para mejorar la resolución y seguimiento de incidencias surgidas durante la operativa normal del aeropuerto, haciendo uso de los centros de seguimiento y control existentes, creando otros nuevos y dotándolos de nuevas herramientas informáticas como la Biblioteca de Procedimientos y el Gestor de Casos. Definición de los procedimientos que se deben aplicar para dar adecuada respuesta a las necesidades de compañías y pasajeros: El incremento de la superficie destinada a pasajeros, aeronaves y equipajes, así como el uso de sistemas más complejos, implica la necesidad de coordinación y organización, por lo que se trabaja con el aeropuerto adaptando los procedimientos operativos y redactando otros nuevos de todas las áreas de explotación (operaciones, mantenimiento, seguridad, aparcamientos, servicios a los pasajeros, medio ambiente, etc.). Garantizar que todo el personal esté formado y familiarizado con la nueva infraestructura, una de las grandes lecciones aprendidas de la puesta en explotación de la T4 de Madrid – Barajas fue la importancia de la familiarización y formación, así como la implicación del personal que trabaja en el aeropuerto. Por ello, se organizan tanto unas sesiones de familiarización dirigidas a diferentes colectivos, con una presentación, visitas a los puntos de interés y entrega de documentación de apoyo (DVD, carpeta y folleto de bolsillo), así como un calendario de cursos de Formación específica, con el objetivo de que el personal conozca su nuevo puesto de trabajo y así asegurar que la actividad sea normal desde el primer día de operación de las nuevas instalaciones. Realizar unas pruebas de explotación y traslado que garanticen que lo que se va a poner en explotación funciona correctamente, y que las posibles anomalías que se detecten durante las pruebas, se resuelvan antes de la puesta en explotación. La materia prima es muy importante. En nuestro caso esa materia corresponde a la Dirección de Infraestructuras de Aena, que realiza unas obras que tienen un excelente nivel de calidad, con un plazo de ejecución y un coste muy pequeño en comparación con lo que se hace en Europa. También corresponde a las Direcciones de Sistemas de Información, Comercial y de Seguridad. Trabajamos sobre una materia prima excelente”.

- ¿Hay algún momento especialmente crítico o complejo en todo ese proceso de planificación previo al ‘día D’?

“Hay dos hitos para nosotros claramente diferenciados, la fecha de Puesta en Operación y la de Puesta en Explotación. La primera coincide con el comienzo de las pruebas, cuando todo está terminado y teóricamente podría ponerse a disposición del pasajero, y la segunda con la finalización del período de pruebas en el que se detectan anomalías, se solucionan o se establecen las contingencias necesarias”.

Las cintas de recogida de equipajes esperan el día de la inauguración. | DA

- ¿Qué clase de pruebas se realizan?

“Hay pruebas básicas y globales. Las básicas se centran en ciertos subsistemas, independientes unos de otros, para analizar distintos tramos: facturación, entrega de equipajes, señalética… Luego procedemos a las pruebas globales, que analizan procesos completos, de pasajeros y equipajes en salidas y llegadas. Se simula todo, desde la llegada en coche particular o transporte público, hasta el embarque del pasajero en el avión. El número de pruebas depende de la complejidad de cada nueva infraestructura. En el caso de la nueva terminal de La Palma, se ha preparado un programa de pruebas consistente en 4 sesiones de pruebas básicas y 2 sesiones de pruebas globales”.

- Las pruebas con figurantes parecen ser el aspecto más conocido por el gran público. ¿Hay algún otro aspecto especialmente destacable?

“Efectivamente, lo más llamativo es el uso de figurantes para estas pruebas en las grandes infraestructuras. Así lo hicimos en Madrid, Barcelona, Málaga y Alicante. Dependiendo de las dimensiones de las infraestructuras, empleamos en cada prueba un número de figurantes entre 100 y 200 personas a través de una empresa especializada. Hay que decir que el voluntariado siempre ha respondido muy bien. En todos estos aeropuertos hemos tenido peticiones de hasta 15.000-20.000 personas para participar. Para las pruebas globales realizadas en la nueva terminal de La Palma los pasados días 11 y 12 de mayo, se contó con la participación de 80 figurantes en cada sesión, seleccionados por el Cabildo y la Dirección Insular del Gobierno. En el Aeropuerto de Múnich se han realizado pruebas similares, aunque no es un proceso muy extendido. En paralelo con el programa de pruebas de explotación, también es destacable la organización de las jornadas de familiarización y formación que se adaptan a las necesidades de cada aeropuerto. Así en el caso del Aeropuerto de La Palma, la familiarización se ha desarrollado entre el 4 y el 20 de mayo, dirigida a aproximadamente 400 personas que desarrollarán su actividad en la nueva terminal, entre personal de Aena, agentes handling, trabajadores de compañías aéreas y miembros de las FFCCSE. En cuanto a la formación, se han gestionado 374 horas, en unos 44 cursos. Estamos en un proceso de mejora continua, ya que no hay ningún aeropuerto que sea igual a otro. Cada uno tiene sus peculiaridades y hay que adaptar la metodología a cada uno. En Transición nunca impera la rutina”.

Vista exterior de la torre de control del Aeropuerto de Mazo. | DA

- Hace apenas unos meses se inauguró la nueva terminal del Aeropuerto de Alicante, en marzo del año pasado la T3 del Aeropuerto de Málaga, en 2009 la T1 de Barcelona-el Prat, algunos años antes la T4 de Madrid-Barajas, la mayor de todas… ¿Cuáles han sido los momentos más críticos? ¿Y los mejores?

“Si tuviera que mencionar un momento crítico me inclinaría por el 23 de diciembre de 2005, a poco más de un mes para la puesta en explotación de la nueva T4 de Madrid-Barajas (6 de febrero de 2006), a las 02:00 de la madrugada. Con 9.500 maletas en el SATE (Sistema Automático de Transporte de Equipajes), se detectaron numerosos fallos en el sistema. A todos se nos pasó por la cabeza el fantasma de Denver (Estados Unidos), donde unos años antes se produjo un fallo que nunca llegó a resolverse en su totalidad. Aquel fue un mal momento. Afortunadamente, gracias al trabajo durante las Navidades de todos los implicados, pudo resolverse. Los mejores momentos siempre son los del primer vuelo real de pasajeros. Se suele abrir la terminal a medianoche y el primer vuelo se realiza varias horas después. Seguimos el proceso de ver cómo se factura, cómo los pasajeros caminan hasta la puerta de embarque, vemos qué pasa con sus maletas… Y cuando los pasajeros embarcan y te vas a tomar un café, y miras a tu alrededor, parece que el aeropuerto lleva abierto toda la vida. El poder de acomodación del pasajero al aeropuerto es extraordinario”.

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Liberalización de la torre de control del aeropuerto

El Aeropuerto de La Palma abrirá próximamente las puertas de su Nueva Terminal, tras siete años de obras, enmarcadas en el Plan Canarias de Infraestructuras Aeroportuarias. La superficie total del nuevo edificio es de 102.000 metros cuadrados que se extienden en nueve plantas, entre las que se encuentra la nueva Torre de Control, cuya puesta en servicio está prevista para septiembre de 2012.

Tras la orden ministerial, aprobada por el Ministerio de Fomento, el Aeropuerto de La Palma se encuentra en pleno proceso de licitación de proveedores civiles del servicio de control de torre. El proveedor finalmente seleccionado prestará el servicio durante cinco años prorrogable por uno más.

La liberalización del servicio de control de torre es una de las reformas estructurales de más calado llevada a cabo en los últimos años en el ámbito aeroportuario español. Sus objetivos son mejorar la calidad del servicio de control de torre y su eficiencia económica, manteniendo los más altos niveles de seguridad. El gran beneficiario de esta reforma será el pasajero porque mejorará el servicio al fijarse una serie de parámetros de calidad, entre ellos los relacionados con la puntualidad y contribuirán a una reducción de las tasas.

La entrada en el mercado español de proveedores de servicios de control de torre diferentes de Aena permitirá bajar los costes de la navegación aérea en España, contribuyendo a aumentar la competitividad del transporte aéreo. En este sentido, se prevé que, en 2012, la tarifa de navegación aérea de ruta de Aena volverá a bajar un 7,5% y se situarán por debajo de la media de los cinco grandes proveedores europeos. La seguridad está plenamente garantizada porque las nuevas empresas que presten este servicio estarán certificadas, según los requisitos establecidos en los Reglamentos europeo. Esta liberalización se está llevando a cabo mediante un concurso público que garantiza la competencia, la transparencia y la igualdad de oportunidades para todos los interesados.
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