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Un turismo con futuro

   
Santa Cruz de La Palma cruceros

Todas las semanas llegan al puerto de Santa Cruz de La Palma cruceros. / ACFI PRESS

EUGENIA PAIZ | SANTA CRUZ DE LA PALMA

Cuando este año llegue a su fin, 200.000 cruceristas habrán visitado la isla de La Palma. Diez años atrás ni siquiera los más optimistas, convencidos de esta opción de futuro, podían pensar en una progresión tan significativa, con un crecimiento porcentual de más del 74%.

Los 115 cruceros que al término de 2011 habrán arribado al puerto de Santa Cruz de La Palma son casi la única sugestión alentadora para el sector turístico insular, que ha visto como este segmento del mercado aumenta, en contraposición con los malos resultados de las tres últimas campañas turísticas y con la progresiva pérdida de conexiones aéreas, ahora en vías de recuperación gracias al trabajo del Centro de Iniciativas Turísticas Tedote.

La Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife destaca, como elemento clave en el aumento del tráfico de cruceros que pasan por el puerto capitalino, el ensanche de la alineación del dique exterior, la solución que permitió la llegada de cruceros de mayores dimensiones a la Isla y que durante años desistieron de hacerlo por las limitadas proporciones de las infraestructuras portuarias.

“Esta obra -recuerdan los responsables de la entidad- ha otorgado mayor funcionalidad y atractivo a la instalación”. Paralelamente, la declaración de la instalación portuaria como frontera Schengen tres años atrás posibilita el atraque de grandes buques llegados de terceros países, especialmente del continente americano.

Antes de esa fecha La Palma quedaba en un papel secundario, dado que los cruceros tenían la obligación de realizar una escala previa en el puerto tinerfeño.

Las cifras económicas que se manejan en relación con la incidencia que tiene la llegada de cruceros en el contexto regional y por extensión a la Isla es llamativa. En 2010 se estimó en 79,6 millones de euros el impacto económico del tráfico de cruceros en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, gastos que incluyeron las tasas y servicios portuarios, pernoctaciones por puerto base, gastos en excursiones, compras y restauración.

Este año la previsión es cerrar el ejercicio con 85 millones de euros de ingresos pese a los efectos de la crisis, que de momento ha limitado la capacidad de gasto de los cruceristas.

Santa Cruz de La Palma cruceros

A partir de noviembre, la temporada alta genera un repunte. / ACFI PRESS

Santa Cruz de La Palma es el municipio más beneficiado por este movimiento de pasajeros, pero localidades como Breña Alta, Breña Baja y hasta Los Llanos de Aridane luchan por hacerse un hueco en las preferencias de los visitantes y manifiestan abiertamente su voluntad por “idear” nuevas fórmulas que les reporten un pequeño trozo del pastel turístico de cruceros, en el que ven, además una alternativa de promoción de las más importantes.

Santa Cruz de La Palma, por el lugar que ocupa en el territorio y por la propia idiosincrasia de sus habitantes, está abierta al mar. Ese hecho, sumado a su rico patrimonio histórico artístico, sus calles, plazas y edificios emblemáticos, así como su casco histórico hacen que la capital sea uno de los principales activos turísticos de la Isla, junto a su patrimonio natural, paisajístico y cultural.

Así lo subraya Antonio Pombrol, presidente de la Asociación de Empresarios del Casco Histórico de la capital palmera, que defiende, hablando de los propios cruceristas, de “la oportunidad de crear miles de embajadores capaces de vender las excelencias de nuestra Isla en sus paises de origen”.

La mayoría de comerciantes están convencidos de que el turismo de cruceros “puede convertirse en el balón de oxigeno” que necesitan para paliar, al menos en parte, la mala situación que atraviesan. Pero hay opiniones para todos los gustos: también hay quienes piensan que “los turistas se gastan lo mínimo” por lo que no están dispuestos a adaptar sus horarios a la llegada de los grandes buques al puerto palmero. Los agentes turísticos diagnostican esta actitud como “perjudicial para todos”, y piden un cambio porque “no podemos tardar más tiempo en abrir los ojos a la nueva realidad. Por escaso que sea el ingreso hay que abrir, potenciar el negocio, dar vida a la ciudad y contribuir a la dinamización comercial”.

El factor en contra está en el coste que para las pymes tiene abrir las puertas de sus negocios sin tener garantías de ingresar lo suficiente para, al menos, cubrir gastos. Pombrol dice con rotundidad que “debemos prepararnos, formarnos y mentalizarnos del cambio y la transformación que hay que hacer para aprovechar esta oportunidad” y entre los detalles imprescindibles incluye la necesidad de que las gentes que nos dedicamos al comercio aprendamos inglés o alemán”. El municipio de Los Llanos de Aridane también ha incorporado, a través del Ayuntamiento, excursiones semanales para los cruceristas, que tienen la oportunidad de conocer el casco histórico de la ciudad, sus zonas comerciales y el encanto del Valle, cruzando una Isla que les descubre paisajes y recursos que ensalzan nuestra oferta diferencial del turismo tradicional.

Tanto en Los Llanos de Aridane como en Santa Cruz de La Palma, y desde ambas zonas comerciales abiertas, lanzan un mensaje claro al comerciante: “Tenemos que ser capaces de que el crucerista nos recuerde por nuestra hospitalidad y buen servicio, para que hable bien de la Isla y de lo que ofrece, para que repita y atraiga a nuevos visitantes sea cual sea su procedencia”.

En la reflexión de Antonio Pombrol destaca la idea de que “la tradición comercial en La Palma no sólo hace referencia al tiempo que se lleva ejerciendo una profesión como el comercio, sino el buen hacer, la calidad y el buen servicio, por eso hay que innovar y adaptarse a los nuevos hábitos del consumidor”.

Rentabilizar este canal de entrada de visitantes a la Isla es también uno de los retos de la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa de La Palma (Cepyme), que cada semestre acerca información detallada a los empresarios de la Isla sobre la llegada de cruceros. Aunque la zona comercial de Santa Cruz de La Palma es la más beneficiada por estos potenciales compradores, un 30% del pasaje de estos grandes barcos escoge la posibilidad de realizar excursiones a otros puntos de la Isla. Estos datos demuestran la necesidad de potenciar la apertura de los pequeños y medianos comercios domingos y festivos en los que se confirma la llegada de cruceros.