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Alarma en el sector turístico de las Islas ante la temporada invierno

J. L. B. | Santa Cruz de Tenerife

Los Gobiernos central y autonómico, en medio de la pavorosa crisis económica, están enfrentados en el mantenimiento de una política de reducción de tasas. Y para algunos expertos, las consecuencias, que ya se empiezan a percibir, pueden ser devastadoras para el sector turístico de Canarias.

Para algunos empresarios el argumento que esgrime el ministro de Industria, Turismo y Energía, José Manuel Soria, es irreprochable. No se puede discriminar a unas compañías en favor de otras. No se debe castigar a quienes siempre han operado con las Islas Canarias, ayudando a quienes vienen a establecer nuevas líneas. “Pan para hoy y hambre para mañana”, han dicho en el PP.

Un problema político

Algunos empresarios turísticos piensan que el asunto “se ha politizado”. A su juicio, la posición del Gobierno central “es un error muy grave de estrategia”. ¿Por qué? “Porque ha estimulado la creación de un sentimiento de agravio en las Islas, ha pegado al Gobierno de Canarias al sector y ha producido una reacción unánime en muchas instituciones”, aseguran. Y eso por no hablar de que una caída en el mercado turístico sería considerada una causa “directa e indiscutible” de la decisión de Madrid.

¿Cuáles son los hechos? En el año 2009, con 7.997.000 pasajeros internacionales (en cifras redondas, dentro de la cifra de 29 millones de pasajeros totales en Canarias) saltaron todas las alarmas en la economía de las Islas, fuertemente terciarizada y dependiente del sector turístico. Las tasas aéreas de España son de las más caras no solo de la Unión Europea, sino de toda Europa. Pero es que, además, otros destinos como Grecia, Túnez o Turquía, por citar solo algunos, practican las bonificaciones de tasa como incentivos para la captación de clientes. Italia, con sus destinos turísticos del Sur, lo hace de forma indirecta, en forma de promociones.

¿Qué son las tasas? Los costos de la prestación de un servicio. Eso en teoría. En la práctica son cargas tributarias que, al final, terminan dando beneficios. AENA, la empresa pública que gestiona los aeropuertos españoles, aplica un conjunto de tasas aeroportuarias de diferente índole. AENA tuvo, en el año 2010, unos ingresos brutos de 268 millones de euros en los aeropuertos canarios, con un beneficio de explotación de 15 millones de euros. Además, AENA destinó en las Islas 70 millones de euros a amortizaciones y 6 millones al pago del impuesto de sociedades (que se realiza en Madrid). Estamos en el año 2009 y el Gobierno canario consigue pactar una bonificación de las tasas para su entrada en vigor en el año 2010. Y los resultados son espectaculares. Porque se pasa a los 8.576.000 pasajeros internacionales en un global de 30 millones de pasajeros.

Más espectaculares incluso fueron los resultados en el 2011, donde se registran 35 millones de pasajeros, un 12,70% más, con una cifra de turistas que superó los 12 millones de visitantes. Cotejando las fechas, los “efectos” de la primavera árabe en el desvío de 7 millones de turistas -que se fueron de las turbulencias sociales de Túnez y Egipto- pudo tener un efecto multiplicador de los efectos de las bonificaciones. Pero éstas, por sí solas, incentivaron la llegada de viajeros a las Islas.

El paquete de bonificaciones del 2010 se desplegó de forma inteligente. Para todas las compañías que ya operaban en las Islas, se ofreció la oferta de por cada nuevo pasajero adicional traído a Canarias estarían exentos del pago de las tasas B1 (de pasajeros).

Y para los viajeros peninsulares, se ofreció una bonificación, para todos los vuelos, del 30% en las tarifas de pasajeros, aterrizaje y seguridad. Esta última medida benefició de forma especial a Iberia, Spanair y Air Europa.

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El daño podría ser ya irreversible

La experiencia demostró que a pesar de los buenos resultados, algunas compañías se aprovecharon indebidamente de las ayudas. Ingresaron 10 millones de euros por estos conceptos, pero al mismo tiempo disminuyeron la frecuencia de vuelos y sustituyeron aviones.

Como la bonificación no se vinculaba a nuevos pasajeros (como en la de turistas internacionales) se convirtió en un beneficio extra para las compañías, más que en un estímulo para aumentar sus vuelos a las islas. Así que para el 2011 se condicionó la bonificación (que subió al 50%) al aumento de frecuencia de vuelos. Aunque desde el Gobierno canario no se han dado cifras, el sistema de incentivos ingresó en las arcas de los operadores aéreos “de toda la vida” un 66% del monto total de incentivos, que ascendió al entorno de los 20 millones de euros. Es cierto que Ryanair literalmente “explotó” con un crecimiento de nuevos viajeros que le llevó a participar en un retorno por bonificaciones de unos seis millones de euros. Pero el resto de compañías, nuevas o tradicionales, también se beneficiaron de importantes incentivos económicos. Hay que destacar que la tasa B1, de pasajeros, supone 7,3 euros por viajero internacional y 4,8 euros por pasajero procedente del espacio europeo.

Muchos touroperadores están contratando ya la temporada de invierno y sin el reclamo de las tasas podrían orientar viajeros hacia mercados donde puedan obtener mayores beneficios. Para los empresarios, el Gobierno central “corre un riesgo muy grave, porque si esto tiene consecuencias para el sector turístico, todo el mundo les va a hacer responsables”.

Para el Gobierno canario el enfrentamiento con Madrid y con Soria es políticamente interesante, pero en las actuales condiciones económicas “no queremos ni pensarlo”. Tal vez el daño ya sea irreversible y la temporada de invierno para el turismo canario sea la primera víctima de la “guerra de las tasas”.

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