SUCESOS >

Ponce ‘el curandero’ ahora culpa de todo a ella

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

El presunto parricida de Vistabella, conocido como Ponce el curandero, ha recurrido el auto judicial que lo envió a la cárcel como supuesto inductor y cooperador de la muerte de dos niños -uno de ellos su propio hijo- porque ahora niega toda responsabilidad en los hechos, según fuentes cercanas a este caso, que conmocionó a la sociedad española en general y a la tinerfeña en particular el pasado mes.

Para argumentar su excarcelación, el curandero carga toda la responsabilidad del crimen en Sonia, hasta ahora su pareja sentimental y madre de los dos niños asesinados: Tamara, de 11 años y fruto de una relación anterior de la mujer, y el pequeño Joseba, de tan solo 5 y fruto de esta funesta relación.

Otras razones que da para sostener lo que parece será su línea de defensa -que se encamina hacia la libre absolución- es que él se enteró a posteriori de la muerte de los niños y que la carta en la que la pareja anuncia su decisión de acabar con la vida de los pequeños para luego suicidarse fue escrita con posterioridad a tan terrible crimen.

Si bien para refrendar su acusación contra Sonia, Ponce recuerda el contenido de la declaración de su hasta ahora pareja en la que ella reconoce ser quien los mató, no ocurre lo mismo con lo que él mismo manifestó en primera instancia. Así, cuando se le tomó declaración en el área psiquiátrica del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, Ponce dijo sorprenderse de que los niños estuvieran muertos y descartó la posibilidad de que ella los hubiera matado. Para justificar tales palabras, ahora explica en el recurso que cuando se produjo la declaración, que tuvo lugar días después de que fuera encontrados los cadáveres dado que se estaba recuperando de las lesiones que sufría, se encontraba confuso.

A este respecto cabe recordar que, como adelantó en su día DIARIO DE AVISOS, los especialistas de La Calendaria que lo atendieron dictaminaron entonces que estaba en perfectas condiciones de prestar declaración, al punto de que incluyeron en el informe la conclusión de que si mentía en las respuestas lo hacía de forma voluntaria. Sobre la carta en cuestión, rememorar que Ponce ya reconoció que era él quien la había escrito en su práctica totalidad, salvo unos párrafos que se presumen salidos de la mano de Sonia.

En la delirante misiva, la pareja deja entrever que la idea del suicidio -ambos se conocieron en el psiquiátrico cuando se recuperaban de sendos intentos de acabar con sus vidas- nunca abandonó sus mentes, así como que, tras conocerse en el psiquiátrico, habían formado “una familia feliz”, pero que “la maldad del mundo” les habría obligado a tomar la decisión de acabar con la vida de los cuatro integrantes de la familia.

La pareja también deja claro en la carta que el asunto lo tenían planeado hasta el punto de que dejan instrucciones sobre su sepelio y pide ser incinerados y repartir sus cenizas juntas.

Resumen

Fue el pasado martes 13 de diciembre cuando la insistencia de una familiar descubrió que dos niños habían sido asesinados en el número 4 de la calle 1º Armenia del santacrucero barrio de Vistabella.

Los dos pequeños llevaban muertos, supuestamente asfixiados, desde el viernes o el sábado anterior. La madre, a la que se describe como una persona que tenía en un altar a su pareja, ha confesado su crimen y ha dado hasta cinco excusas para justificar semejante acto.

[apunte]

Ir al psiquiátrico

El objetivo último que persigue el recurso del presunto parricida de Vistabella no es otro que cambiar su actual estancia en la cárcel por volver al psiquiátrico, según fuentes cercanas al caso. Por ello esta alegación en la que carga toda la responsabilidad de los crímenes contra la que hasta ahora era su pareja se presenta en forma de recurso contra el auto judicial que lo envió a prisión como supuesto inductor y cooperador necesario de la muerte de los dos niños, el más pequeño su propio hijo. Para dar peso a su solicitud, el recurso recuerda que ya ha intentado suicidarse dos veces. Cuando se recuperaba de la primera conoció a Sonia; la segunda se produjo cuando se vio acorralado cuando la Policía accedía a la vivienda de Vistabella donde los cadáveres se descomponían desde hace días.

[/apunte]