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Unos reproches con bases cuestionables > Manuel Iglesias

El Gobierno de Canarias, a través de su presidente, Paulino Rivero, y de la consejera de Empleo, Margarita Ramos, se ha ensarzado en una polémica pública con el sector hotelero, con los reproches de los primeros a los segundos por considerar que el sector no crea suficiente empleo y que, incluso, se produzcan despidos “estado los hoteles llenos”.

La reclamación suena bien en los titulares de prensa, pero es más discutible cuando se baja a los hechos. Una empresa va a tener sólo los empleados que necesita y es más probable que si precisa cinco intente hacerlo con cuatro, porque eso es inherente al sistema de ajustar los gastos, procurando mantener los ingresos. No es elogioso, pero es lo que sucede y sería de ingenuos creer que un empresario aumenta su nómina sin que la demanda de producción lo reclame y que no busque mejorar la competitividad laboral por métodos restrictivos de contratación, como se sabe que está sucediendo.

En cuanto a que el mes de diciembre, con alta ocupación, se han producido 303 bajas en el sector hotelero, por un mejor análisis de las cosas convendría saber en qué empresas se ha producido y en qué circunstancias, porque generalizar y crear sospechas sobre todo el sector, por 303 despidos donde se contrata de decenas de miles de trabajadores, por hechos que pueden ser circunstanciales, no sería correcto. Es sabido que hay empresas, en muchos sectores, no sólo el turístico, que despiden a trabajadores cuando hay varios días de fiesta o vacaciones y los vuelven a contratar después, cuando se reanuda la demanda de su actividad. Y volvemos a que no será bueno, pero se hace, porque el sistema que han creado los mismos políticos lo permite, se supone que para aligerar a los negocios de ciertas cargas.

Y en esto del empleo hotelero, conviene citar unas declaraciones en una emisora de radio del que fuera presidente del Consejo Económico y Social y catedrático de Economía Aplicada, José Luis Rivero, recordando que el sector turístico representa, directa e indirectamente, sólo algo más del 30 por ciento de la economía regional y que resultaba un disparate, con el tercio del movimiento, reclamar que contrate al 80 por ciento de desempleados.

Y es que hay otro mundo más allá del hotelero que acapara últimamente declaraciones políticas y titulares. Los funcionarios, concentran alrededor del 20 por ciento de los trabajadores, según cifra del 2010, y el resto se mueve en actividades que si quieren ver su real importancia tomen el directorio de empresas de las páginas amarillas telefónicas para sorprenderse con ese otro amplísimo campo de quienes sostienen el sistema. Y verá donde se ha destruido empleo y cerrado negocios, sin que nadie se haya ocupado mucho de esto. Si ellos vuelven a expandirse y a poder contratar un trabajador más, ya verán como crece el empleo, sin estar mirando obsesivos a los hoteles.