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Escasos cuarenta días han pasado desde que Mariano Rajoy, con mayoría absoluta, asumió la Presidencia del Gobierno de España. La herencia recibida de Rodríguez Zapatero, apoyado por Coalición Canaria, es mucho peor de la que esperábamos, con un déficit que supera los 8 puntos y una sangría de parados que habremos de detener. Como Francia o Gran Bretaña, hemos anunciado profundas reformas para ganar en eficiencia y ahorrar recursos, y la Unión Europea ha recibido con agrado las primeras decisiones anunciadas por España, la prensa internacional alaba la formación de nuestros ministros, y la sociedad parece en disposición de asumir lo delicado del contexto en que nos movemos y los sacrificios que habremos de hacer en los próximos meses, quién sabe si años. Llamativo es que miembros de Coalición Canaria sean la excepción que confirma la regla no escrita de dar al gobierno al menos 100 días de cortesía, antes de valorar lo oportunidad de sus medidas. Bien al contrario, ya hemos dicho esta semana que echamos de menos la caballerosidad en política, y vamos a explicarles por qué.
Parece que ha sentado mal entre las filas de Coalición Canaria que José Manuel Soria, presidente del Partido Popular de Canarias, haya sido nombrado Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Sólo la mediocridad y esta falta de caballerosidad de la que hablamos pueden inspirar según qué declaraciones, cuando contar con un ministro canario, sea del partido que sea, debería ser motivo de orgullo para todos. Así, el alcalde de La Laguna, Fernando Clavijo, aseguraba desde la total inmadurez política que Soria “ha apuñalado a Canarias”, obviando que su antecesora en el cargo, Ana Oramas, se ha encargado de apuntalar con su voto en el Congreso de los Diputados, cada una de las ocurrencias de Zapatero, que ahondaron en la crisis económica que ahora da lugar a las difíciles decisiones que el Gobierno de España está tomando.
No contentos con eso, tanto el presidente del Cabildo de Tenerife, como el del Gobierno Autonómico, nos sorprendían con una declaración coincidente -creemos que la única cosa en la que han coincidido en los últimos años, dado el mal estado que atraviesan sus relaciones-, que venía a decir que Soria está perjudicando a Canarias. Y ya como culminación, el vicepresidente de la Corporación y consejero de Turismo, Carlos Alonso (por cierto miembro que fue del Partido Popular), en una rueda de prensa preparada apresuradamente para intentar anular la cita periódica y anunciada del Partido Popular con los medios de comunicación, osaba decir que tres aerolíneas europeas le habían comunicado su intención de reducir vuelos con Tenerife, por la famosa polémica con las tasas aéreas. Como la realidad es tozuda, una de estas compañías, la británica Jet2, ha desdecido a Alonso con un comunicado demoledor. No sólo no van a volar menos a nuestra Isla, sino que jamás han hecho tal declaración. Conclusión, el fraude es destapado, y queda en evidencia que el vicepresidente del Cabildo tinerfeño ha jugado con el prestigio de la institución, mintiendo a los ciudadanos.
Bueno es recordar que estas bonificaciones se aplicaron con fecha de caducidad en 2011, en virtud de los acuerdos de Paulino Rivero con Rodríguez Zapatero, que incluían la declaración de las famosas aguas canarias, y que derivaron en el voto favorable de CC a la congelación de las pensiones, el decretazo y la subida innecesaria del IVA.
Pretender hacer creer a los ciudadanos que el crecimiento de turistas que ha experimentado Canarias durante 2011 se debe sólo a estas medidas, supone menospreciar el trabajo excelente que ha hecho todo el sector. De hecho, ya Soria ha anunciado una estrategia integral para el turismo de las Islas, dirigido, como no, a favorecer la afluencia de visitantes, en coordinación con empresas y administraciones públicas.
Otros pierden la perspectiva después de más de tres décadas apoltronados en el poder en las Islas. Este sector de CC, aunque minoritario, se considera propietario de las instituciones, y pretende destruir aquello que no controla, dirigiendo los cañones hacia una persona que tan sólo lleva cuarenta días en el cargo, mientras ellos han estado casi ocho años apoyando al PSOE y a José Luis Rodríguez Zapatero. Sería muy conveniente para todos que ocurrieran dos cosas.
La primera y fundamental, que Carlos Alonso pidiera disculpas a todos los ciudadanos por habernos mentido, y la segunda, que cese esta estrategia absurda orquestada para intentar desprestigiar de forma gratuita e irresponsable a José Manuel Soria y al Partido Popular.
Sería un bonito gesto en aras de recobrar las formas y la caballerosidad en política.

Antonio Alarcó es Senador y portavoz del grupo popular en el Cabildo de Tenerife