RODOLFO NÚÑEZ > VICEPRESIDENTE DE BINTER

“Es muy grave que estén en riesgo las subvenciones a residentes”

Rodolfo Núñez, vicepresidente de Binter. / FRAN PALLERO

JUAN MANUEL PARDELLAS | Santa Cruz de Tenerife

La crisis, el sector financiero, el turismo, las posibilidades de Canarias frente a África, el convulso mundo del sector aéreo local, nacional e internacional, la política… Nada escapa al prisma de este tinerfeño de 53 años ni a sus frases lapidarias. Rodolfo Núñez es el vicepresidente de Binter y está muy preocupado por la crisis y la situación de su sector.

-Por recordar un álbum mítico de su época… Crisis, ¿qué crisis?

“Le oí una frase a Jordi Puyol que define muy bien este momento: La diferencia de esta crisis respecto a las anteriores es que ésta es una crisis de un país rico; antes no. Partimos de un escalón alto, y solo estamos bajando peldaños, pero en la misma escala. Es verdad que cuanto más alto estamos más nos cuesta bajar. Partiendo de que estamos en esta situación, también es verdad que está empezando a acabar; en España con pocas dudas. Se están empezando a tomar las medidas para enderezarlo todo: ajuste fiscal, reforma laboral y financiera, cambio de marco constitucional en el reparto autonómico, la sanidad, la educación y la justicia. Es esencial para generar expectativas positivas que harán crecer a la economía. 2013 será mejor que 2012 y 2011”.

-Está claro que en su mesilla no está Keynes…

“Totalmente de acuerdo. Esos principios tuvieron una oportunidad que se desperdició. Esa baza no se jugó bien. Ahora no queda más remedio que ajustar para salir adelante. Todo será distinto después de esta crisis. Ya no somos el centro del mundo. De Europa Occidental, Estados Unidos y Japón, se ha girado a nuevos países muy populosos con una economía muy potente, que competirán por nosotros por materias primas. Muy próximamente el trabajo lo tendremos que buscar nosotros, en vez de que alguien nos lo dé, seremos más autónomos. Cada vez será menos habitual ocupar un trabajo para toda la vida”.

-Usted fue presidente de CajaCanarias, ¿qué opina de la limitación de los sueldos a los cabeza de las entidades financieras?

“Si ha recibido dinero o apoyo público, me parece justo que marque las normas. Si no es el caso, no; los accionistas de esa entidad decidirán lo que ellos estimen que deba cobrar. En España, la mitad del sector financiero son las cajas de ahorro, cuya naturaleza es altamente política. Eso hace albergar algunas dudas sobre el merecimiento de las retribuciones que se ha fijado para algunas personas. Se ha tomado medidas para corregir algunos desmanes”.

-¿Cuándo fluirá el crédito?

“Sé que esta respuesta molestará a algunos, pero básicamente lo que le falta al sector financiero son clientes que tengan solvencia para devolverle los préstamos a los bancos. Cualquier entidad financiera española está encantada de prestar dinero a clientes en los que confíen que le van a devolver el dinero. Los bancos viven de prestar dinero, no de recuperar activos, ni de vender las casas que le embargan a las personas… El margen financiero se gana prestando dinero. Y es éste el que se destruye si le presto dinero a alguien que luego no me devuelve. Hay cierto nivel de desconfianza respecto a algunos clientes y se han endurecido las condiciones para prestar. En un momento anterior hubo demasiadas alegrías. Con el 0,20% no se cubren los gastos de funcionamiento de la entidad ni la tasa de riesgo”.

-¿Qué opina de la dación en pago y la cantidad de embargos y deshaucios que ha habido en estos años?

“Uno tiene que respetar las normas. Los préstamos hipotecarios en España se han concedido con una normativa que dice que uno entrega el bien y se queda con la deuda si la venta de ese bien no salda la deuda. A mitad de la vida del préstamo no se puede cambiar la norma, nos parezca injusto o no. Otra cosa es lo que se decida a partir de este momento. Si con la entrega de la hipoteca queda saldada la deuda, seguramente las hipotecas se concederán en otras condiciones”.

-¿Y en Canarias?

“El reto es enorme. Mi opinión es que nuestro futuro será más o menos brillante en función de cuánto miremos para África. El futuro de Canarias pasa por convertirse en el proveedor de lo que África no tiene: educación, universidades, sanidad, cultura, servicios financieros, segundas residencias… Modo de vida europeo, pegado a África a disposición de los que vivan allí durante los próximos 50 años”.

-¿Se refiere a que, por ejemplo, nuestras universidades formen a las clases altas o dirigentes?

“Por ejemplo. Me gusta mucho el modelo de Miami con Centroamérica y Sudamérica. Todas las clases dirigentes tienen algo en Miami, la casa, el centro médico, una cuenta corriente… Tenemos que enseñar a los países africanos que estamos aquí, muchos lo desconocen. También que somos como somos, que son bienvenidos y que podemos prestarles múltiples servicios con enormes garantías, aquí y allí”.

-Eso formaría parte del tan cacareado cambio de modelo, pero ¿qué hacemos entonces con el turismo?

“Los requerimientos ya son diferentes y cambiarán mucho más. Las personas que viajan por descubrir ya no vienen a Canarias. Los que lo hacen es para disfrutar de lo mismo de su país, pero con mejor clima, buena sanidad, seguridad, cultura, gastronomía, ocio especialmente vinculado al aire libre y la naturaleza, porque todo lo que sea en recintos cerrados ya lo tienen allí, y mejor. La clave no es que hagan el viaje de su vida, sino un viaje del que vuelvan satisfechos con ganas de repetir, algo similar a cuando nosotros vamos al Sur y regresamos contentos. Nuestro clima en invierno es imbatible, la planta hotelera muy buena y, si no lo es, mejorarla. Hay que ser conscientes de que el turismo es una bendición para Canarias”.

-¿Y que haya un ministro canario de Turismo también es una bendición?

“Pues, objetivamente, sí. Ahora parece que hay alguna discrepancia, pero no tengo ninguna duda de que el señor Soria, o cualquier otro canario que sea ministro, va a mirar a su región con un poco más de cariño y si puede ayudar en algo lo va a hacer. Pero, en su caso, conoce muy bien la realidad de Canarias y cuando uno conoce, generalmente se acierta más en las decisiones. Ahora, la marcha del sector turístico no depende de un ministro, ni del Gobierno ni de nadie, sino de que toda la sociedad se conciencie de su importancia y lo cuide, con un marco normativo cuanto más liberalizado mejor que le permita crecer en función de la inventiva de los empresarios, en vez de depender de unos políticos normalmente ignorantes de la realidad”.

-¿Por dónde se puede crecer?

“En la vida lo más fácil es copiar. Túnez, Egipto, los países árabes y muchos de la cuenca del Mediterráneo han venido y han reproducido nuestro modelo. Pues vayamos a California, Las Vegas, Australia o Londres, donde encontrar muchas pequeñas soluciones. Habrá que sacar más jugo a la costa, a las actividades náuticas, a la observación del cielo… No entiendo cómo no hay aún un hotel con techos de cristal o telescopios en todas las habitaciones para observar las estrellas”.

-¿Qué opina de la polémica de las tasas aéreas? ¿qué factores contribuyen a mejorar la conectividad de las Islas con el exterior?

“Se ha armado una gran polémica. La medida de las tasas es acertada, lo malo es no hacer nada. El Gobierno canario hizo bien demandando ayudas a las líneas aéreas que crearan nuevas rutas y aumentaran frecuencias. Si se detectan efectos secundarios, que se mejoren. Han venido más turistas por las tasas, es posible, pero muchos más por la primavera árabe y la mejora económica de los mercados emisores. Ahora llega el momento de replantear la medida y seguramente encontrar medidas de compensación a las aerolíneas que tradicionalmente habían apostado por el destino Canarias, primero para que no se vayan y se sientan motivadas para volar al Archipiélago. Se desconoce, pero muchas de las decisiones de volar a un sitio se basan en opiniones y emociones. Propongo una enmienda a la totalidad. Lo que me duele de todo este debate es que tengamos que ir a Madrid a reivindicar a AENA, a Fomento (y no al ministro de Turismo que no es competente en esto) que prorrogue esta medida. Eso no me gusta. Los aeropuertos deberían depender del entorno en el que se mueven, ser explotados y gestionados por su entorno y cada aeropuerto tomara decisiones en función de sus intereses y no de una política general. En Inglaterra están fomentando la competitividad entre los muchos aeropuertos de Londres y no sólo en tasas, sino en handling, en tiendas y comercios y hasta en medidas de seguridad. Está bien el debate de las tasas pero la cuestión es mucho más profunda, sobre el modelo de nuestros aeropuertos”.

-¿Qué factor es determinante para que una línea aérea decida apostar por una ruta nueva?

“La demanda de muchos clientes. Las compañías aéreas ponen los aviones donde los clientes quieren ir. Lo que hace que vengan compañías a Canarias es que hay una demanda muy fuerte en toda Europa fruto de la promoción turística. Lo importante es generar demanda y luego consolidarla con facilidades a los clientes y a las compañías”.

-¿Fomento ha investigado también a Binter Canarias por el uso de las ayudas por pasajero residente?

“Sí, sí, claro”.

-¿Y cuál ha sido el resultado?

“En el caso nuestro no ha habido ningún problema…”.

-¿Le consta que haya problema en otras compañías?

“Sí, por supuesto. El año pasado llegamos a la conclusión de que se podía estar haciendo un mal uso del sistema de subvenciones a residentes. Se lo hicimos saber a Fomento, que dijo que no era así. Seguimos investigando hasta descubrir que ese mal uso se estaba haciendo. Volvimos a Fomento. Nos dijeron que debíamos denunciarlo y eso hicimos. Y ahí siguen las actuaciones. El Ministerio ha reflexionado sobre esto y es muy posible que cambie alguna normativa básica”.

– ¿En qué sentido?

“Para mejorar los controles y aclarar algunas cuestiones”.

-¿Qué motivó su actuación? ¿Qué los billetes de Islas se vendieran tan baratos?

“No exactamente. El Ministerio de Fomento abona el 50% de lo que el cliente paga por un billete. Si cuesta 50 euros, el Ministerio aporta 25 y el cliente los otros 25. Llegó un momento en que había billetes que se vendían por 20 euros, pero, al pasar la relación de billetes vendidos al Ministerio, se le decía que el billete se había vendido por 50 euros y éste entregaba 25 euros a la compañía pensando que eso era lo correcto y que el cliente había puesto 25 (cuando realmente solo había puesto 10). Un fraude clarísimo”.

-¿Y eso no es una práctica habitual?

“Hombre, yo creo que no, lo dudo y desde luego, Binter no y la mayoría de las compañías que vuelan con Canarias tampoco. Este es un asunto muy grave, muy serio. Es un fraude”.

-Se habla de sanciones de millones de euros que podrían suponer la desaparición de esa compañía…

“Es más complejo. Primero, han puesto en riesgo el sistema de subvenciones totalmente o su cuantía o la forma de recibirla. Luego, tendrán que devolver el dinero y habrá una sanción. No soy jurista, pero probablemente haya otras consecuencias y actuaciones derivadas de esto. No se olvide que son caudales públicos”.

-¿Y es bueno que Binter se quede sin competencia?

“La competencia es buena para todo. Dentro de la legalidad, nos espabila a todos”.

-Ustedes ya se la hacen a sí mismos, con Naysa y Canair…

“Tiene razón. Necesitamos esa competencia interna como elemento de mejora. Nos ayuda no solo la competencia aérea, sino la de los barcos, que es muy potente. Aún así, el sistema aéreo de Canarias está diseñado para que, si no hay competencia, funcione bien. En 1998 se diseñó un sistema en un escenario de monopolio. Las Obligaciones de Servicio Público permiten un régimen de monopolio sin que el operador haga lo que le dé la gana y abuse del cliente. La Administración fija perfectamente rutas, frecuencias, precios máximos, número de asientos en cada ruta, puntualidad y regularidad”.

-¿Por qué crear una nueva compañía con el nombre de Canair? ¿Es la Iberia Express de Canarias?

“La industria de la aviación ha cambiado muchísimo. Los clientes nos obligan a transformarnos. De ser una élite que pagaba muchísimo se ha popularizado, paga menos y espera también menos servicios. Antes viajaban los ricos y ahora todos nosotros. Todo tiene que ser más barato. Las compañías que nacen en esta época ya lo hacen adaptadas a este cambio del mercado y las que somos antiguas nos tenemos que transformar. Es doloroso cambiar rutas, salarios y personas, pero sin esos cambios no hay progreso. El que no sea capaz de hacer esa transición se muere, como Swissair, Sabena o Spanair. Transformarse es crear Canair, con una estructura que sí me permite adaptarme al mercado. Es más, los trabajadores de la matriz deberían apoyar la creación de esta segunda, porque de su éxito dependerá mantener su salario. Lo que sí es seguro es que los clientes no van a pagar más para que las compañías sobrevivamos”.