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Los expedientes de urbanismo desaparecieron del Ayuntamiento de Tazacorte

La alcaldesa de Tazacorte, Carmen Acosta, convocó recientemente a los vecinos a una asamblea. / DA

D. SANZ | Tazacorte

Entre los hechos que más llaman la atención sobre cómo encontró el nuevo grupo de Gobierno el Ayuntamiento de Tazacorte al hacerse cargo de él tras las elecciones locales celebradas en mayo del año pasado, llama la atención que los expedientes urbanísticos estuvieran desaparecidos. Este hecho fue uno de los que revelaron recientemente en una asamblea vecinal, donde los miembros del Gobierno municipal de Tazacorte dieron a conocer el estado socioeconómico del consistorio.

El concejal de Urbanismo, Gonzalo Pascual, no quiso valorar el motivo de la desaparición de tantos expedientes, que se vio obligado a tener que ir recopilando, poco a poco, de otras administraciones, teniendo que partir de cero prácticamente.

Del mismo modo, criticó el “abandono” que sufrían expedientes turísticos de tanta importancia como el del hotel de la cadena Princess quiere instalar en Las Hoya, cuya autorización estaba apunto de caducarse en el Plan Territorial Especial de Uso Turístico y la consiguiente pérdida de camas.

Requerimientos

Por otra parte, el Gobierno local ha tenido que afrontar un total de diez requerimientos judiciales de pago por deudas contraídas con empresas como con Sumaplas, que alcanza los 8.400 euros por bolsas de basura con el logotipo de Tazacorte; Lopesan, 113.369 euros por asfaltado de calles y el complejo deportivo del puerto; Gesplan, 200.000 euros etc. En esta línea, presentaron ante los vecinos otra serie de cifras, como las pérdidas de ingresos económicos por recibos sin cobrar, que entre el año 2000 y el 2011 ascienden a 700.000 euros, de los que 400.000 ya han prescrito. Por otra parte, el total de las licencias de obras también sin cobrar y ocupaciones de vía supera los 500.000 euros.

Desde el nuevo grupo de Gobierno aseguran que también ha tenido que hacer frente a la corrección de “la ausencia de normativas y reglamentos y, por lo tanto, de criterios que regulasen las ayudas sociales”. Además indican que han tenido que hacer frente a la ausencia de coordinación en la Residencia de Ancianos, así como a la falta de actividades y dinamización de colectivos.