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Molestar por molestar > Leopoldo Fernández

Lo decía el domingo y lo reitero hoy. Esa política tocapelotas, con perdón, que vienen siguiendo algunos representantes políticos del Partido Popular y Coalición Canaria se mantiene erre que erre. Como si en el Archipiélago no hubiera otra cosa que hacer que observar a algunos de sus hombres públicos unos contra otros en guerras dialécticas de pura ignominia, olvidando que les pagamos el sueldo para que traten de resolver los problemas que nos afectan. Luego se quejan de que la opinión pública les vuelve la espalda y la publicada les da caña y critica su nulo sentido de la responsabilidad a la hora de trabajar por el bien de los canarios. Digo esto porque me parecen inaceptables e injustas las declaraciones del diputado popular Miguel Cabrera sobre el Régimen Económico y Fiscal, REF hechas en sede parlamentaria. Aunque parezca una obviedad, pase eso de que la última palabra sobre el tema la tendrán la mayoría absoluta de PP en el Parlamento nacional y el Gobierno central -en puridad será Bruselas quien deba dar el sí definitivo a la reforma pendiente-; pero de ahí a descalificar con palabras insultantes al Gobierno autonómico y a su presidente, así como a los grupos que lo apoyan, media un trecho que nadie debería saltarse a la torera. El REF es un asunto de extraordinaria importancia para el futuro de las Islas y precisa de un consenso amplísimo, respaldado por las fuerzas políticas, sociales y económicas; un consenso que no se facilita con palabras altaneras y vejatorias hacia los adversarios. Algo parecido, aunque sin insultos, cabe decir de otros dirigentes de CC -desde Paulino Rivero a Ana Oramas- con sus peroratas e iniciativas, en plan incordio, sobre prospecciones petrolíferas y aplicación de la inútil Ley de Aguas, o la reclamación de competencias sobre el llamado mar canario y sus recursos o sobre costas que hizo -por ahora- inviable el Ejecutivo nacionalista al ordenar en su día la retirada del Congreso del proyecto de reforma estatutaria. Sería deseable que todos, aquí y en Madrid, buscaran de buena fe puntos de encuentro y trabajo en común en vez de zaherirse cuando todos son necesarios para construir un mejor futuro para las Islas. Las ayudas a la creación de empleo, la mejora de la conectividad aérea -y a precios aceptables, tras el cierre de Spanair-, la conjugación de intereses en el tema petrolero y energético en general, la defensa de los programas de desarrollo tecnológico, investigación e innovación y la exigencia de unas inversiones públicas equivalentes a la media nacional son, por ejemplo, cuestiones prioritarias que hoy por hoy deberían unir a todos, por encima de banderías y diferencias.