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Ora et labora… > Miguel L. Tejera Jordán

Hasta el viernes 10 de febrero, fecha en que el Gobierno aprobó la nueva reforma laboral, los trabajadores trabajábamos a cambio de un salario. Pronto trabajaremos gratis. Y dentro de muy poco tendremos que pagar por trabajar, es decir, por encontrar un empleo.

Es broma, aunque no está el horno para bollos, pero lo cierto es que los españoles vamos a tener que aplicarnos la regla de oro de San Benito: Ora et labora. Reza y trabaja para encontrar un empleo y, a continuación, reza y trabaja para no perderlo… Porque, el Gobierno del PP, el pasado viernes 10, no es que aprobara una reforma del mercado de trabajo. Es que ha laminado como una apisonadora los derechos históricos de los trabajadores. Y lo ha hecho, vergonzosamente, con el beneplácito y el amén de las principales organizaciones sindicales. Sin embargo, como agua pasada no mueve molinos, lo que realmente me preocupa de esta reforma laboral es que no se cree nuevo empleo. En semejante caso, los empresarios españoles, pequeños, medianos y grandes, se habrán comportado como auténticos cafres. Porque, si como pedían, con las ayudas a la contratación aprobadas por este gobierno y las facilidades que los empresarios tienen, a partir de ahora, para despedir a mansalva, no contratan y no se remonta el empleo, pues mejor será apagar la luz de la economía nacional y tirarnos todos por un barranco.

Y ya han empezado a quejarse …, me refiero a los empresarios. Ahora que pueden contratar como nunca y ahora que pueden despedir como nunca, alegan que no es fácil contratar porque el problema no está en la reforma laboral…, sino en la financiera, es decir, que los bancos no les dan créditos. O sea, la monda. Primero no contratan porque no les facilitan ayudas y porque el despido está muy caro. Y ahora que tienen a los trabajadores agarrados por el cogote, esclavizados, para ser exactos, van y nos cuentan que el problema no es contratar, sino que no hay dinero para financiar las necesidades de sus empresas. Puñetas, si el problema estaba, está y seguirá estando en la reforma del sistema financiero, ¿a qué esperan los empresarios para exigir del gobierno que obligue a los bancos a abrir la mano del dinero? Si tal es el problema, ¿por qué Mariano Rajoy no aprobó primero la reforma financiera y después la laboral? Muy sencillo: don Mariano está con los bancos, con Merkel y con los mercados: machete al canto, sí o sí. Recortes salariales, medias jornadas, despidos a precio de churros y, encima, incremento de tramos del IRPF (es decir, la renta del trabajo) además del IBI (la casa en que cada uno vive, ¡que ya tienen gracia pagar un impuesto vitalicio por vivir en la propia casa, la que te has comprado y pagado después de sudar tinta con la hipoteca de los bancos!).

Sinceramente, no hay quien lo entienda. Ejemplo: si los hoteleros canarios no contrataban más trabajadores por temor a un retroceso del turismo – que no se ha producido- y ahora pueden contratarlos a precios de saldos, además de despedirlos por cuatro perras, ¿dónde está la excusa para no contratar nuevo personal y crear empleo? ¿En que cajas y bancos no les dan los créditos? Entonces el problema no estaba en el mercado laboral, ni en las ayudas a la contratación, ni en el abaratamiento del despido. Está en que los banqueros no aflojan el crédito.

Y si los banqueros no sueltan el crédito, ¿a qué espera el Gobierno para obligarles?

No creo que don Mariano esté pensando en una revolución social, y menos aún en una nacionalización de la banca…

¡Oremos todos! Y digan conmigo: “Fieles, a la recomendación de El Salvador…”