Hablar todas las veces que haga falta, y más; lograr el entendimiento y, desde el diálogo y siempre con el interés general por delante, cerrar las actuaciones de consenso. Así de fácil; así de difícil, pero así siempre será en democracia y en política. Hay que tenerlo claro: PP, CC, PSOE… No hay otro camino. Hay que desprenderse de prejuicios y de guerras políticas (más propias de patio de colegio) sin apearse del sentido común, de la lógica, de la verdad…, y siempre sin dejar de ver a través de los ojos del ciudadano, que es el ente supremo en el régimen político-administrativo que nos hemos dado en este país, en esta comunidad autónoma, en esta provincia, en esta Isla, en el propio municipio.
Lo dijo el otro día con meridiana claridad en las páginas de DIARIO DE AVISOS el consejero de Economía, Hacienda y Seguridad, Javier González Ortiz, y también ha estado en boca del presidente del Ejecutivo canario, Paulino Rivero, entre otros dirigentes políticos de las Islas: señores, dejémonos de guerras, de zancadillas, de portazos en la puerta y seamos de utilidad para afrontar los no pocos problemas que tiene Canarias y España, pero, ojo, siempre desde el máximo respeto institucional, que, por así decirlo, una cosa es la política que busca el titular en prensa, la practicada por todos los colores y siglas, y otra bien distinta la disputa política que se vale de situaciones dramáticas o de asuntos de indiscutible interés para meter el dedo en la llaga. Meter el dedo en el ojo es lo que hizo, por sólo poner un ejemplo cercano, el diputado autonómico del PP Miguel Cabrera Pérez-Camacho, con su ya antológico exceso de que la reforma de la Ley del REF al final la terminaría aprobando el PP en el Congreso, que fue como decir que este partido actúa como una auténtica apisonadora. Y no, seguro que no es así.
Canarias tiene voz y debe buscar el consenso en los asuntos clave para esta tierra, y ese consenso luego debe tener su traslación al ámbito del Estado, donde se puede generar hasta otro consenso, pero éste ya debe ser el consenso que llegue a Bruselas; debe ser la apuesta por unidad de acción. No hay otro camino. Ténganlo claro, muy claro, que, si no, la política juega con fuego, como también puede incendiar todavía más la situación penosa de las Islas un posible recorte injustificado de fondos públicos con destino a Canarias en el presupuesto del Estado para 2012, cuyo proyecto aprobará el Consejo de Ministros en sesión prevista para el 30 de marzo.
Hoy, las alarmas están encendidas, pero hay tiempo para evitar lo que algunos voceros ya anuncian de manera poco elegante. Canarias tiene unas necesidades de financiación bien definidas, y éstas deben ser atendidas con suficiencia por el Estado, porque así lo dicta la razón, las necesidades y la voluntad política manifestada por el propio presidente Mariano Rajoy. Creemos en Rajoy, en su palabra y en su capacidad de dar a cada uno lo que se merece, en la justa medida. En Canarias esto es clave para atender servicios sociales, para reducir el paro, para vivir.
La Orotava se lo merece mucho
La Orotava se lo tiene bien merecido y, para conseguir el objetivo de tener en la villa una universidad, aunque sea privada, debe contar con el apoyo pleno y solvente de todas las administraciones públicas de las Islas, del Estado y de la iniciativa privada, siempre en la medida de las posibilidades de estos distintos entes, que ya sabemos la que está cayendo. El Gobierno local de La Orotava lo tuvo claro desde un primer momento y parece al fin que la apuesta se consolidará más tarde que nunca. Ojalá sea incluso el próximo curso (2012-2013) cuando podamos ver en el caso antiguo de la noble y bella ciudad de La Orotava el ir y venir de alumnos y profesores, de personas vinculadas a la actividad de la enseñanza superior en aulas de la prestigiosa marca Universidad Europea de Canarias, que es como se conocerá a la institución académica que ya ha elegido y que sigue adelante con su proyecto docente e investigador del máximo nivel en Canarias. La Orotava está a nada de conseguir algo por lo que tanto ha luchado con solvencia, con seguridad y con todos sus medios, y muchos esperamos y deseamos que los obstáculos administrativos y legales se puedan resolver para que ya, a partir de septiembre, la Universidad Europea de Canarias sea una realidad como lo es, y con mucho renombre, la de Madrid o la de otros lugares. Este proyecto nos ayudará a mejorar en oferta educativa y en calidad de la enseñanza, y en la economía local.