Liberalismo, más o menos > Ignacio González Santiago

En unos tiempos en los que las restricciones económicas obligan a las administraciones públicas a reducir drásticamente los presupuestos y suprimir los gastos superfluos porque caen los ingresos, cobran máxima actualidad los planteamientos liberales.

El liberalismo es una ideología política, social y económica. Y aunque hoy, todos los partidos democráticos, de cualquier ideología, aceptan las mismas reglas de juego liberales, no podemos olvidar que fue el liberalismo quien inventó el Estado de Derecho, la democracia representativa y la división de poderes. Algunos partidos se esfuerzan en camuflar sus propias ideologías, porque se avergüenzan o reniegan de ellas, o defienden posiciones negativistas, arguyendo que las ideologías ya no importan o que han muerto.

La realidad es que siguen siendo muy importantes, porque definen los modelos políticos, sociales y económicos actuales y predeterminan el grado de la evolución futura. Nada, como defienden los conservadores, paulatina, mediante su reforma, como defienden los liberales, o drástica, mediante la revolución, como propugnan los comunistas. Como ejemplo práctico para demostrar la importancia de las ideologías y su permanencia hoy, si bien, adaptadas a las reglas de juego liberales, compararé algunos principios básicos del liberalismo y el socialismo.

El socialismo real, o comunismo, defendía un absoluto control del Estado sobre las personas y los medios de producción e implicaba, por tanto, una planificación económica centralizada estatal y un enorme, costosísimo e ineficiente aparato administrativo.

El liberalismo defiende las libertades individuales, la economía de mercado y la no intromisión del Estado, por lo que propugna un menor tamaño de la administración y del gasto público. Por eso, nadie debe extrañarse de que las instituciones gobernadas por partidos socialistas tiendan a ser más burocratizadas y costosas y las liberales, más austeras.

El CCN es un partido político canario de ideología liberal, y por eso, a nadie le debería extrañar que defendamos la supresión de las empresas públicas y los organismos autonómicos canarios innecesarios, la reducción de los impuestos, la mayor austeridad posible en la administración, y el menor gasto público imprescindible, pero no sólo ahora, que no hay, sino siempre. El liberalismo es hoy más que nunca, en síntesis, cómo hacer más con menos.

*Presidente del Centro Canario Nacionalista y diputado en el Parlamento autónomo