Empieza una de las semanas más importantes para el futuro próximo del CB Canarias. El miércoles una representación del club y de la política insular se desplazarán hasta la sede de la ACB en Barcelona, el objetivo no es sencillo: intentar hacer entrar en razón a una asociación que nunca ha demostrado que la flexibilidad sea uno de sus fuertes. Eso sí, ACB no obliga a nadie a estar con ellos, pueden parecer excesivos sus requisitos de entrada, pero tienen la sartén por el mango y quién quiere está y quién no se queda en LEB. Mucho había tardado en empezar a resquebrajarse el mensaje de unidad lanzado desde que se logró el ascenso en lo deportivo. Las declaraciones de ayer de Fernando Clavijo son claras lanzando la puya al Partido Popular, llave para el apoyo de Repsol. En medio, el club, el que tiene que lograr el dinero y que, si sabe moverse, puede aprovechar para, sin casarse con nadie, sacar el mayor rendimiento ahora, cuando llegan la foto en la que todos están locos por salir, la del equipo en ACB. Los codazos llegarán para ir al palco cuando venga el Real Madrid o el FC Barcelona