NATALIA TORRES | Santa Cruz de Tenerife
“Los edificios, como los yogures, caducan”. Esta sencilla idea es la que la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Santa Cruz quiere hacer llegar a los vecinos en cuanto a la responsabilidad que tienen con el resto de la ciudadanía en el mantenimiento de los edificios, especialmente en lo referente a las fachadas. “Hay lugares de Santa Cruz por los que no es aconsejable pasear porque hay una nube de cascotes gravitando que en cualquier momento pueden caer sobre los ciudadanos”.
Quien así se expresa es el jefe de la oficina de Disciplina Urbanística, Juan Pedro Valdés, impulsor y encargado de desarrollar la ordenanza relativa a la Inspección Técnica de Edificios que el Ayuntamiento quiere poner en marcha lo antes posible. Según explica, la prioridad de esta ordenanza es “la seguridad para todos los vecinos, asegurándonos que los edificios se encuentran en perfecto estado de mantenimiento”.
Las actuaciones del Ayuntamiento en este asunto se realizan normalmente de oficio, “bien porque los técnicos lo detectan o bien por denuncias de la policía o los vecinos”, aclara Valdés. Una vez que Urbanismo recibe la denuncia, en ese momento se visita el lugar para inspeccionarlo y se da una orden de ejecución al titular para que corrija la situación, “si no la cumple, empezamos a imponerle multas coercitivas hasta que, al final, la intención última, la que nosotros estamos elaborando, es la ejecución subsidiaria. Esto quiere decir que nosotros arreglaríamos los desperfectos y después le pasaríamos la factura al cobro al ciudadano; ese sería el paso definitivo”, explica Valdés.
Lo mismo ocurre con aquellos edificios que tienen que ser derruidos, si finalmente es el Ayuntamiento el que tiene que llevar a cabo la demolición: la factura se le pasará al propietario. Municipios como La Laguna ya cuentan con este tipo de instrumento para garantizar la viabilidad de los edificios. “Yo estoy detrás de montar esta ITV de edificios desde el año 2004, cuando la montó La Laguna, pero la experiencia política en esos momentos, los intereses iban por otro lado”, detalla Valdés, quien defiende la puesta en marcha de esta iniciativa en el hecho de que “se puede arreglar la ciudad, los parques, los jardines, pero cuando las personas vuelven a casa y tienen que dormir al lado de una humedad, esa persona es infeliz y eso es lo que hemos descuidado, donde vive la gente”. Precisamente, la infracción que más han detectado los técnicos de Urbanismo es la falta de mantenimiento.