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José Antonio Lorente: “La identificación genética será clave en las causas de niños robados en España”

El doctor José Antonio Lorente, en su laboratorio de Granada. / DA

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

Profesor de Medicina Legal, forense, director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada y del Centro Andaluz de Genómica y profesor de la División de Entrenamiento Internacional del FBI, José Antonio Lorente Acosta es uno de los mayores expertos mundiales en identificación genética. No en vano, su proyecto DNA-PROKIDS ha permitido la localización de 590 menores secuestrados y ha logrado evitar más de 250 adopciones ilegales.

Su iniciativa, completamente altruista (sólo cuenta con el apoyo de algunos patrocinadores privados), ha puesto en jaque a las mafias y redes de explotación infantil, especialmente en Asia y Latinoamérica. Ahora busca el respaldo del Gobierno para poner la ciencia al servicio de la Policía y la Guardia Civil, con el objetivo de desentrañar y resolver algunas de las muchas causas de los niños robados en nuestro país.

-¿En qué consiste el proyecto DNA-Prokids?

“DNA-Prokids consiste en el uso del ADN para prevenir y luchar contra el tráfico de menores en todo el mundo, incluyendo las adopciones ilegales. Funciona generando dos bases de datos de ADN. Una, de los niños que están bajo la tutela de las autoridades e instituciones de los diversos países, pero que no se conoce su identidad. La otra, de familiares (básicamente madres y padres) de niños que han desaparecido. Se comparan los resultados y se reunifican familias o, en el peor de los casos y en caso de que no sea posible una reunificación, al menos los niños quedan identificados”.

-¿Cómo surge la idea de crear una organización de este tipo?

“La idea surgió y fue madurando en el Departamento de Medicina Legal de la Universidad de Granada entre 2000 y 2004, al ver en nuestros viajes la gran cantidad de niños abandonados en las calles de numerosas ciudades de Latinoamérica y Asia. Las autoridades nos decían que no sabían ni podían averiguar quiénes eran sus familias. Los primeros trabajos comenzaron en Guatemala entre 2004 y 2006. A fecha de hoy, en las diversas bases de datos de DNA-Prokids de más de 14 países del mundo hay unas 4.300 muestras, se han hecho 590 identificaciones positivas (con reunificación familiar) y se han evitado más de 257 adopciones ilegales. Además, hemos ayudado a que Guatemala haga una ley (es el primer país del mundo que la hace; con el tiempo la harán todos) que obliga a hacer una identificación genética de todos los menores sin familia y de todos los familiares de menores desaparecidos que lo deseen (la llamada Ley Alba-Keneth, de 13 de septiembre de 2010)”.

-En los últimos meses están proliferando las causas de niños robados en España. Teniendo en cuenta que en muchos casos se trata de situaciones de hace décadas, ¿en qué medida se pueden controlar o detectar casos de este tipo?

“El ADN, en tanto en cuanto se generen bases de datos amplias, con el mayor número de datos tanto de menores (ya mayores) que pudieron ser robados, como de madres y padres de los mismos, puede ayudar muchísimo a la identificación y resolvería muchas situaciones. Para ello, es necesario que, bien en una o en diversas bases de datos coordinadas, haya el mayor número posible de muestras; de lo contrario es difícil que funcione”.

-El Gobierno anunció recientemente que se revisará la normativa y protocolos de los procesos de adopción. ¿Qué le parece?

“Me parece una excelente propuesta, y lo importante es ver en qué aspectos se quiere avanzar y qué se quiere modificar, pero toda revisión será para bien”.

-¿Cómo puede o debe intervenir la profesión médica en los procesos de adopción, acogida o desamparo?

“La profesión médica, junto con otras sanitarias, juega un papel clave, porque asesora y evalúa a los padres que van a adoptar, les da consejos, controla el desarrollo de menores adoptados, etc. El médico suele ser persona de confianza para estas familias, y todos los profesionales deberían de ser conscientes de esta situación privilegiada que tenemos, porque las familias nos escuchan y respetan, salvo contadas excepciones que pueda haber. Que el médico sea capaz de trasmitir a los futuros padres la importancia del proceso, la posibilidad de irregularidades, la necesidad de un control permanente, etcétera, es clave para evitar adopciones ilegales en todos estos casos”.

-En Canarias, la sociedad está muy sensibilizada con los casos de menores desaparecidos, algunos de los cuales están todavía por esclarecer. ¿Cómo puede ayudar una organización como la suya a resolver situaciones como las de Yéremi Vargas o Sara Morales?

“Es cierto que la sociedad canaria ha sido víctima, en su conjunto, de casos muy tristes que han tenido su lógica repercusión en los medios de comunicación. A corto plazo un proyecto como DNA-Prokids no puede hacer nada, pero a medio y largo plazo sí es útil. Hay que tener en cuenta que la perfecta identificación de los menores que son vendidos o dados en adopción es un mensaje para aquellas personas que trafican con ellos, para los que los venden y para los que los compran. El hecho de que dentro de 10 años pueda haber una conciencia en todo el mundo de que todo menor que es adoptado o que llega de un modo u otro a una nueva familia debe de estar identificado por ADN para comprobar que no hay nadie buscándolo, es algo que frenará y hará disminuir enormemente el número de robos, adopciones ilegales y explotación de menores”.

-La actividad de DNA-Prokids se centra fundamentalmente en algunos países de Latinoamérica y Asia, donde proliferan las redes de trata de menores. Sin embargo, en Estados Unidos y Europa también han aumentado de manera preocupante las cifras de niños desaparecidos, algo que algunos expertos vinculan a la crisis…

“El mayor número de problemas relacionados con la falta de identificación adecuada de menores y su relación con hechos criminales (explotación laboral, explotación sexual, mendicidad, delincuencia, adopciones ilegales, etc.) se da en países en vías de desarrollo, que suponen un 98% del total de casos de tráfico de menores en todo el mundo. Es cierto que en países más desarrollados económicamente, como EE.UU. y Europa, no son ajenos a estos problemas, pero el porcentaje es mucho menor. Especialmente, porque se supone que hay más medios de control, dándose la mayoría de los casos de robos y desapariciones entre miembros de la misma familia (el caso típico es el de los padres separados, donde uno de ellos se lleva a un menor sin la autorización del otro cónyuge). En estos casos, es evidente que también DNA-Prokids podría ayudar”.

-¿Cree que se deberían potenciar los grupos especializados en menores, tanto en la Policía como en la Guardia Civil?

“Tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional española tienen buenos grupos especializados en temas de menores, y me consta positivamente que estudian y trabajan cada caso coordinados con policías de todo el mundo y especialistas en esta materia. Lo que pasa, y es algo de agradecer, es que el número de casos de este tipo que se dan por año en nuestro país es muy pequeño, y responde a causas muy variadas. Y ante esta falta de casos es muy difícil (por suerte, he de repetir) potenciar y entrenar a especialistas. Sin embargo, sí que es cierto que hay que seguir trabajando y mejorando, sobre todo para coordinar las investigaciones en las primeras horas y días tras la desaparición, que son fundamentales”.