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Éxitos de altura > Ricardo Melchior Navarro

La reciente inauguración del telescopio solar Gregor, el más grande de Europa y el tercero del mundo, se ha convertido en un nuevo reclamo para Tenerife. Levantado dentro de los límites del Observatorio del Teide, este instrumento astronómico permitirá a la comunidad científica realizar investigaciones sobre el sol con una gran resolución, hasta el punto de captar detalles en las imágenes del astro similares a las que podrían lograrse desde el espacio.

En la última década, durante su construcción, tuvimos ocasión de seguir el desarrollo del proyecto, promovido por un consorcio alemán y dirigido por el Instituto de Física Kiepenheuer, de Friburgo, en colaboración con socios internacionales, el Instituto de Astrofísica de Canarias y la Academia de las Ciencias Checa. La ilusión que apreciamos siempre en sus responsables se acrecentó en el tiempo, hasta convertirse en entusiasmo indisimulado, conforme a la magnitud de esta infraestructura. Por eso nos referimos a Alexander von Humboldt en el acto inaugural, recordando los seis días de 1799 que pasó en nuestra Isla. Adelantado a su tiempo, el insigne naturalista proclamó la fascinación que le produjo Tenerife. Aquí realizó importantes estudios sobre el territorio, igual que controles de la calidad del aire en el Teide, que llegó a coronar para medir el tamaño del disco solar. Años después, su compañero y catedrático de la Universidad de Berlín, Leopold von Buch, siguiendo sus pasos, constató los encantos isleños y vaticinó que llegaría a convertirse en un destino vacacional, como ya lo eran entonces el golfo de Nápoles o los Alpes.

La atracción por nuestra Isla que sintieron aquellos científicos alemanes se ve renovada ahora, dos siglos después, con esta iniciativa sustentada de manera mayoritaria por un consorcio de la misma nacionalidad. De ahí que mostremos nuestro agradecimiento por la aportación que históricamente ha hecho ese país por el progreso y desarrollo de Tenerife. Además, su materialización en un instante complicado como el presente supone un estímulo añadido, solo sea por la extraordinaria repercusión de la noticia más allá de nuestras fronteras. De puertas adentro, esta semana también hemos disfrutado con un acto especial, íntimamente asociado a nuestra gente, como es el cierre de los Juegos de Tenerife en la modalidad de Deporte Adaptado. Resulta difícil de explicar con palabras la emoción que sienten y transmiten los participantes en esta actividad cuando llega el instante de la clausura. Orgullosos de su intervención en alguna de las seis disciplinas incluidas en el programa, en todos ellos impera un altísimo espíritu deportivo, con lo que esto supone en tantos valores.

Como tuvimos ocasión de expresar en la ceremonia realizada en el Pabellón Insular Santiago Martín, estos 970 chicos y chicas son un modelo de superación y esfuerzo para el conjunto de la sociedad, que nos obliga a seguir trabajando para que todas las personas con discapacidad puedan practicar deporte.

Igualmente, debemos hacer extensivo este reconocimiento a todos los monitores que trabajan con ellos, en una treintena de centros repartidos a lo largo del territorio insular, junto a padres y familiares, lo mismo que a patrocinadores como Disa y CajaCanarias, que hacen posible su celebración.

En vísperas de la conmemoración del Día de Canarias, esa actitud mostrada por las gentes del deporte puede valernos como ejemplo para afrontar la adversidad. Conscientes de la dificultad del momento, los isleños tenemos que ser capaces de superar esta coyuntura. Todos somos piezas importantes en esta sociedad y, en consecuencia, no podemos admitir que una situación adversa pueda comprometer nuestro futuro. Pero para ello requerimos, más que nunca, una sensibilidad distinta desde instancias españolas y europeas, que han de estar a la altura de las circunstancias. Sin más evasivas.

Ricardo Melchior Navarro es Presidente del Cabildo de Tenerife