sin complejos >

¿Hemos tocado fondo? > Fernando Fernández

Cuando estudié, lo poco que estudié, algunas nociones de periodismo, aprendí que se debe evitar titular con interrogantes, porque si uno confiesa sus incertidumbres desanima al potencial lector, que desea informarse y no ser confundido. Intento estar informado a través de la lectura, escuchando a los que saben más que yo o intercambiando opiniones y experiencias con amigos. A lo largo de tres años, en esta dominical columneja he dejado constancia de que mi información no siempre está mal encaminada. Mientras Zapatero anunciaba brotes verdes y el Sr. Rivero repetía una y otra vez que lo peor había pasado y que en Canarias saldríamos de la crisis antes que el resto de España, dije que lo peor estaba por llegar. Cuando aquí nadie se atrevía a mencionar a las cajas de ahorro, con toda prudencia escribí que ahí teníamos un problema y otro día dije que el mal se acusaba, porque de un problema de solvencia, nuestras cajas habían pasado a tener un problema de liquidez. Durante febrero y marzo, la Real Sociedad Económica organizó en su sede lagunera un ciclo sobre la situación política, en el que todos los participantes, representantes del pensamiento político y social más plural, expresaron sin ambages su idea de que la situación es de la máxima gravedad. No hace muchas semanas escribí que 2012 daría paso a una cierta recuperación. Lo decía no solo en términos económicos, porque también he repetido y ahora somos muchos los que coincidimos en la opinión de que pasarán años antes de volver a la situación anterior a 2007. Con datos en la mano, en Canarias los primeros síntomas de nuestro retroceso se remontan al año 2000 o 2002. Ahora me pregunto si ya hemos tocado fondo y confieso que no lo se. A fecha de hoy, en España todo está patas arriba y en contra de lo que pueda decir el Sr. Rivero, que no ha vuelto a mencionar aquel slogan publicitario de que seremos los primeros en salir de la crisis, me atrevo a decir que la situación en las Islas es tan precaria que tardaremos una o dos generaciones antes de que los jóvenes canarios puedan vivir como lo hicieron sus antepasados, es decir, nosotros.

De la Corona para abajo, no hay institución que no esté seriamente dañada. Hasta el presidente del Tribunal Supremo de Justicia está bajo investigación de la fiscalía por el presunto uso irregular de su presupuesto. Sea cierto o no, el daño causado es irreparable y su efecto sobre una ciudadanía desmoralizada es devastador. Hemos pasado de tener el sistema financiero más sólido del mundo, según decía estúpidamente ZP, a que el mismo Banco de España esté bajo sospecha y desautorizado por las instituciones europeas, que exigen una auditoría independiente para conocer la salud de nuestros bancos y cajas de ahorro. Los políticos siguen siendo uno de los más graves problemas en opinión de los ciudadanos y su prestigio no puede caer mas abajo. Con toda la gravedad de la situación económica, el daño moral de nuestra sociedad es mucho mayor y preocupante.

No me consuela recordar que pregoné, sin ningún éxito, claro, la necesidad de un gobierno de concentración en Canarias. Aún con la mayoría absoluta que sustenta al Gobierno de España, una versión actualizada de lo que fueron los Pactos de la Moncloa es ahora muy necesaria. Y como no veo voluntad política para hacer ni una cosa ni la otra, para ver si lo intentan quizás tengamos que esperar para verificar que, incluso en eso, la ex ministra Salgado también se equivocaba. No somos Grecia, pero cada día nos parecemos más.