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Se queda sin tiempo

El histórico club capitalino también está sufriendo, muy de cerca, la crisis económica. / DA

JOSÉ ANTONIO FELIPE | Santa Cruz de Tenerife

Antes de que acabe el día de hoy, el CV Cuesta Piedra debe abonar 3.500 euros en concepto de inscripción en la Superliga a la Federación Española de Voleibol. A última hora de la tarde de ayer el dinero no había llegado, por lo que se espera que el estamento federativo pueda dar algún tipo de prórroga, de lo contrario, el futuro del club santacrucero es complicado.

Una vez acabada la competición, el Cuesta Piedra, que descendió en lo deportivo, no presentó renuncia a la Superliga, por lo que se daba por hecho que podría volver a competir en esta en caso de que hubiera renuncias. Ahora, si no participa, será castigado con el descenso de dos categorías. “Si el Gobierno de Canarias hubiera pagado todo lo que nos adeuda entre viajes y subvenciones nominadas estaríamos hablando de unos 26.000 euros, con eso se hubiera solucionado el problema”, señala José Antonio Rodríguez, tesorero del club.

El propio Rodríguez admite que “a día de hoy, como la mayoría de clubes, le debemos dinero a las agencias de viaje, a la propia Federación Española de Voleibol…”, algo que ahoga al histórico conjunto capitalino. “Nosotros hemos hecho la inscripción, enviamos el impreso y le dijimos a la Española que intentaríamos pagarles entre el jueves y el viernes. Ahora mismo no sé si nos darán otro plazo o no”, advierte.

La solución pasa por la empresa privada. José Manuel Bermúdez, alcalde de Santa Cruz, ha trabajado con el club en la búsqueda de empresarios interesados. “Volveremos a hablar con Bermúdez ya que él nos dijo que estaban en conversaciones con empresas que tenían su sede central en la Península. Esas empresas tenían que haber respondido ya, pero nosotros no sabemos si lo han hecho o no”.

Panorama desolador

En la misma situación se encuentra el CV Aguere. Las laguneras están a la espera de poder abonar su inscripción para el próximo curso y así evitar el camino seguido por Burgos o Menorca, ya desaparecidos. “La crisis ha golpeado muy duro a los clubes deportivos y ahí está un histórico como el Universidad de Burgos. Era propiedad prácticamente de un empresario que cuando no ha podido aportar más ha tenido que desaparecer la entidad. Nosotros tenemos la suerte de que nos mantenemos con la base y preferimos competir con la cantera y en la base que llegar a retirarnos”.

Lo que sí parece evidente es que se acabaron los años dorados de la Superliga en los que “cada equipo tenía siete u ocho extranjeras porque era algo irreal. Ahora, cantera y como mucho uno o dos fichajes”.