JOSÉ DAVID SANTOS | Santa Cruz de Tenerife
El futuro de la fiesta más importante de la Isla, el Carnaval chicharrero, su evolución, la necesidad o no de reconducir su imagen en el exterior e, incluso, repensar las políticas de ayudas a los grupos fue lo que centró el debate planteado ayer por la Federación de Murgas de Tenerife en una curiosa e innovadora iniciativa en la que tomaron parte periodistas y varios de los concejales de Fiestas de la capital de las últimas décadas, amén del exalcalde Miguel Zerolo.
El resultado del encuentro se colgará en la web www.murgasdetenerife.com con la idea de que los internautas también aporten sus opiniones a un, a veces intenso, debate en el que también tomaron parte los exediles responsables del Carnaval José Carlos Acha, Dámaso Arteaga y Norberto Plasencia, junto al actual concejal del área, Fernando Ballesteros. Frente a ellos, Humberto Gonar, del periódico El Día; José Carlos Marrero de cadena Cope; el que suscribe esta información; y de moderador el también periodista Pepe Moreno, del Grupo El Día. Pese a que el debate se prolongó a lo largo de una hora, pocas conclusiones se sacaron sobre los asuntos tratados, toda vez que los concejales, en demasiadas ocasiones, sintieron que las preguntas y reflexiones de parte de los periodistas ponían en cuestión su gestión.
Sin embargo, hacia la última parte del encuentro se planteó por parte de Zerolo la posibilidad de reproducir estos encuentros de manera oficial para que muchas de las cuestiones puestas sobre la mesa sean parte de un debate social más amplio con la participación de responsables de la administración, periodistas, miembros de grupos o empresarios, con el ánimo de potenciar el Carnaval. Sin duda, lo que generó más polémica fue la necesidad de mantener o no el actual modelo de las carnestolendas ante la evolución social.
Más allá de cuestiones determinadas, como la importancia de mantener políticas concretas de apoyo a los grupos, la imperiosa necesidad de seguir fomentando el Carnaval de Día o el papel que debe jugar Fiestas como regulador de las carnestolendas, en el aire quedaron cuestiones como la labor de los medios de comunicación, la profesionalización de los grupos o la propuesta largamente debatida, pero no llevada a cabo nunca, de crear una industria del Carnaval, por lo que todos quedaron en repetir la experiencia en un futuro próximo.