El homenaje a la militar icodense se celebró ayer en la plaza de América de Icod de los Vinos. Poco a poco Jennifer ha logrado, con mucho tesón, rehacer su vida. / Fotos: Moisés Pérez
LUIS F. FEBLES | Icod de los Vinos
La militar icodense Jennifer García López, herida por la explosión de una bomba en junio del año 2011 mientras realizaba labores de reconocimiento en Afganistán con el Ejército español, recibió este sábado un reconocimiento institucional en su ciudad natal, Icod de los Vinos. Autoridades municipales y militares rindieron un emotivo homenaje en la plaza de América a la cabo del Regimiento de Infantería Ligera Soria 9 y a otros compañeros de las Fuerzas Armadas Españolas, mediante una jura de bandera civil y la entrega de una placa conmemorativa.
El acto oficial estuvo presidido por el General Jefe del Mando de Canarias, César Muro, y el alcalde de la localidad norteña, Juan José Dorta Álvarez. Tras la lectura de la reseña que regula el derecho del personal civil a prestar juramento a la bandera nacional, se procedió a la jura del alcalde y demás miembros de la Corporación Municipal icodense, así los demás jurandos. Seguidamente, se dio paso a las intervenciones y a la lectura del acuerdo municipal de reconocimiento a Jennifer García, acordado por el pleno del Ayuntamiento en febrero pasado.
En declaraciones a DIARIO DE AVISOS, la joven homenajeada mostró su satisfacción y su alegría por el reconocimiento recibido en su propio pueblo y en presencia de sus familiares, amigos y vecinos. “Estoy muy contenta y es algo que guardaré para siempre en mi memoria. Son momentos en los que te acuerdas de todos los compañeros militares que están en la península”, dijo la joven icodense.
Sobre su día a día y las perspectivas de futuro, se mostró optimista. “Me encuentro bien. Tuve una recaída hace poco y estuve ingresada, pero ya estoy mejor. Ahora me preparo para volver a ser la Jenny deportista. Quiero ponerme a estudiar y también entrenar con el ADEMI para alguna competición”, explicó ayer Jennifer poco después de volver a vestir el uniforme militar con el orgullo de siempre.