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Sin palabras, por Óscar Herrera

No sobran las palabras en estos momentos. Tamaña decepción no se supera tan fácil como para ser capaz ahora de dibujar un horizonte despejado. No es fácil ser aficionado de este club, las alegrías escasean, las decepciones son mayoritarias y en estos últimos años muy repetidas. 

Un fracaso tras otro y siempre tenemos la capacidad de ilusionarnos y dejarnos llevar por el amor y la fidelidad a un escudo y unos colores. Ser del Tenerife te supone no pegar ojo la noche anterior a un partido como el de ayer, e ilusionarte como un niño imaginando un ascenso a Segunda División, soñar como cantar ese gol del ascenso, como transmitir a través de la radio todo el optimismo para contagiar a los oyentes y poder disfrutar y contar las alegrías de tu equipo. Pero no estás preparado para lo contrario. En tus sueños no entra la derrota, en tu mente no cabe otra decepción mas. Cuando llega el momento de dar palabras de aliento, necesitas que te las den a ti. Y en la radio las palabras no deben faltar nunca, pero, ¿que decir?, ¿que mensaje lanzar cuando el varapalo es tan grande? 

Si, la vida sigue y el Tenerife no es el centro de todo, ya lo se, pero el estímulo que significa, el positivismo que trae a muchos las alegrías de nuestro equipo, eso hoy en día es para muchos una asidera donde agarrarse y poder tirar en el día a día. Estoy triste, estamos tristes todos los aficionados, pero no bajo la cabeza, ahora que todo se ve negro es cuando debemos seguir tirando del carro y no caer en la tentación del abandono, de pasar de todo y solo ver lo negativo de este fracaso. 

Todos tenemos claro donde está la causa de esta concatenación de disgustos y de errores. Y es un quiste que sin extirparlo no nos dejará progresar y volver a recuperar la sonrisa. 

Ahora me van a permitir que no entre en detalles, principalmente porque desde estas líneas ya lo he venido diciendo todo el año. Nada nuevo que no sepamos todos. Es tan grande la desazón que ni me nace, ni me apetece volver a abrir el cajón de las criticas. Además porque estoy seguro que de haber salido triunfadores ayer, muchos de los que piden la cabeza del Presidente, ni se acordarían ahora de esto si se hubiese logrado el objetivo. 

Seguimos en Segunda B, es la jodida realidad que tenemos por delante, al menos un año mas. El desierto no se acaba y costará volver a engancharse a un proyecto de nuevo con muchas incógnitas y con los mismos arquitectos. Esos arquitectos que derrumbaron hace tres años lo que tanto costó construir y que ahora tienen que volver a empezar de cero y con los peones de la afición sin ilusión ni sueños. 

Es lo que hay. Así es este Tenerife en esta época de zozobra y pesimismo. Ni el fútbol nos ayuda. Eso si, por mi parte y por la de muchos otros jamás dejamos solo al club. Ni podemos ni queremos.