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El enogastroturismo, otra forma de vender la marca Tenerife

Santos, Lastres y Monteiro, durante la mesa redonda sobre enogastroturismo. | DA

AMANDA LUESMA | Adeje

La mesa redonda sobre Nuevos enfoques del turismo se inicia con dos vídeos. Uno que promociona la isla de Tenerife. El otro , con la publicidad de Tacoronte-Acentejo y sus vinos de denominación de origen. Este es el hilo que sigue el curso de Enogastroturismo: potencialidad e integración en el sector turístico. El enogastroturismo se entiende como todo lo que envuelve una comida: desde el aperitivo, el vino que se deguste hasta el café que pone punto y final a la experiencia de sabores, texturas y olores.

Los tres ponentes son expertos en lo que hablan. José Antonio Lastres, catedrático de Escuela Universitaria e integrante del Departamento de Economía y Dirección de Empresas de la Universidad de La Laguna (ULL); Gabriel Santos, encargado de la Gestión de Eventos de Enotenerife, y el portugués Pedro Manuel Monteiro, presidente de la Dirección Regional de Turismo de Portugal, exponen qué es lo que se debería hacer para potenciar el vino de las Islas y en este caso, el vino tinerfeño. La Isla cuenta con cinco denominaciones de origen: Abona, Tacoronte-Acentejo, Valle de Güímar, Valle de La Orotava e Ycoden-Daute-Isora. Todas ellas lo que buscan es proyectar la marca Tenerife y ser lo más competitivas posibles pero lo “primero es concienciarnos nosotros de los productos de calidad que tenemos en Tenerife”, comenta Gabriel Santos. Son muchos los alumnos los que admiten no haber bebido un vino canario en los últimos tres meses, a eso es a lo que se refiere Gabriel Santos: primero nosotros y luego los demás. Algunos se quejan del precio de los vinos tinerfeños en comparación con otros peninsulares pero no debe olvidarse que “el vestido del vino, es decir, el cristal, el corcho, la etiqueta, el trabajo y, finalmente, lo que se quiera ganar con esa venta” no lo genera el productor vinícola, que realizan un trabajo casi artesanal, algo que la gente del propio pueblo ha elaborado durante muchos años.

Un alumno recalca con una frase que “un producto no puede ser tradicional si se produce a nivel industrial” a lo que Gabriel Santos contesta que todos los productos tradicionales deben siempre de tener una mínima calidad. Durante la mesa redonda, que se imparte en la Universidad de Verano de Adeje, se critica la falta de subvenciones que el Cabildo aporta a los vinos y a los bodegueros autóctonos mientras ayuda a caldos de fuera que quieren introducirse en la Isla. Lo que los vinos tinerfeños deben ofrecer, y en este caso, vender es la “originalidad y la autenticidad” y lo que la Administración debería hacer es promocionar esos dos adjetivos, afirman los ponentes de la mesa redonda.

“Lo que se tiene que trasladar al turista es la vivencia”, comparten los invitados al curso. La vivencia de ir a una bodega, conocer a los trabajadores, contemplar el proceso y degustar los vinos que se producen. Comentan asimismo que en los hoteles se podría ofrecer esa experiencia sensorial y dar a conocer al turista la isla de Tenerife a través de sus caldos.
Monteiro explica que prohibiría los hoteles “todo incluido” ya que destruyen la economía local, no aportan beneficios y no dan a conocer la riqueza, en este caso, de la Isla. Cuando se construyen este tipo de resorts es cuando se generan unas diferencias sociales brutales y menciona el ejemplo de la República Dominicana.

En Canarias se producen seis millones de botellas al año, es por eso que muchas de las islas tienen un paisaje vitícola. Tenerife está condicionada por ese paisaje: es la Isla con más viñedos. Las plantaciones de plátanos o papas quedan por detrás de las de listán negro, negramoll, malvasía, gual o moscatel, variedades dominantes en las Islas.