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José Luis Gutiérrez: “No hay una única respuesta”

José Luis Gutiérrez Jaime. | DA

DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife

Profeta del pensamiento divergente, José Luis Gutiérrez Jaime ejerce de abogado del diablo en un proceso de causas que no da por perdidas. Se dedicaba a crear locales de ocio nocturno mientras impartía clases de religión y ética en un instituto. Era jefe de personal y ahora es presidente del comité de empresa.

-¿Por qué te llaman El Curita?

“Bueno, porque cuando era joven entré en el seminario y cursé los estudios eclesiásticos. La verdad es que quería ser sacerdote. Acabé Teología aquí y luego me trasladé a la Universidad Pontificia de Salamanca. Después me hice misionero”.

-¿Cómo resultó la experiencia?

“Yo creo que ha sido la etapa de mi vida en la que más feliz he sido”.

-¿No te ordenaste?

“No. Te van dando pasos. Me hice lector, acólito…Cuando estaba preparado para ordenarme me tomé un año sabático”.

-¿Combinar la religión con el ocio no te ha generado algún conflicto?

[Menea la cabeza como los perritos de los coches, en horizontal]. “Al terminar Teología me puse a dar clases de religión y de ética. Pero, al ponerse de moda el ocio nocturno, me dediqué a crear locales. Mientras era profesor en un instituto, levanté las primeras terrazas de verano en Santa Cruz”.

-Tienes tres carreras más, ¿no?

“Soy licenciado en Filosofía, Derecho y Ciencias de la Información”.

-Ahora estás en el Cabildo…

“Yo trabajaba en el Hospital Universitario de Canarias hasta que se creó el IASS [Instituto Insular de Atención Social y Sociosanitaria]. Después de un tiempo como técnico de recursos humanos, los trabajadores me eligieron presidente del comité de empresa. A eso me dedico, a batallar”.

-Fundaste un sindicato…

“Yo nunca he sabido obedecer. Creo que no me ordené sacerdote porque no sabía obedecer. Por desgracia, los sindicatos tienen un funcionamiento muy autoritario. Realmente, existe un déficit de democracia interna, son como clanes que todo lo manipulan. Me presenté por Intersindical Canaria en el hospital, tuve problemas y, como era abogado, propuse fundar un sindicato asambleario. Ahora tenemos la mayoría absoluta”.

-¿Cuál es?

“Se llama Asamblea de Trabajadores de Canarias (ATC). Somos un sindicato sin órganos de gobierno ni subvenciones. Todo lo decidimos en una sala a mano alzada”.

-¿Cuántos afiliados son?

“Casi la mitad del IASS. Somos cuatrocientos y pico”.

-¿En qué se diferencia de los otros?

“Pues, que no pronunciamos dos discursos. Somos muy críticos con la empresa, pero dialogantes, y les hablamos claramente a los trabajadores”.

-¿Era conveniente un convenio como el último que se ha firmado?

“Tras muchos años con problemas, se nos ha hecho una propuesta que en estos tiempos de crisis nos parece razonable y asumible”.

-Sorpréndeme.

“Después de arduas negociaciones, hemos alcanzado un acuerdo satisfactorio. Se respetan los puestos de trabajo, se garantizan los salarios, las contrataciones de interinos…”

-¿A cambio de qué?

“A cambio de eso, hemos revisado prestaciones secundarias, como las ayudas por gafas, para dentistas, estudios…”

-Dicen que eres un superdotado intelectual…

[Risas] “Son amigos. Lo cierto es que esa afirmación parte de un estudio de inteligencia en La Universidad de La Laguna, a los 20 años, en el quedé el primero entre cientos de estudiantes. Bueno, mi don es que soy capaz de colocarme en muchas perspectivas. Yo era jefe de personal y ahora soy presidente del comité de empresa, fui misionero y monté discotecas, fui el mayor golfo de La Laguna y ahora dicen que soy un buen abogado…”

-[“¡El café y el té!”, gritamos al paso de un camarero despistado] ¿En qué consiste el pensamiento divergente?

“Es la capacidad de ofrecer alternativas. No es exactamente la creatividad”.

-¿Qué es?

“La esencia del concepto es que no hay una única respuesta verdadera”.

-Me quedo con esa. ¿No te ha tentado la política?

“Pues, mira, me han hecho ofertas de varios partidos. Podría encajar en cualquiera, pero entiendo que la política es la mejor manera de estropear a las personas. Actualmente no me veo en ninguno de ellos, porque discrepo de las normas de funcionamiento”.

-¿En qué crees?

“En el liderazgo del compromiso”.