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Le rompe la cara a un desconocido y coge un cuchillo para rematarlo

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Lo llaman el Gaditano y es bien conocido por los vecinos del santacrucero barrio de Salamanca y de otros puntos de la capital que frecuentan el cruce de la avenida de Bélgica con la Rambla, donde suele vender pañuelos.

De edad indefinida, se trata de un varón que llama la atención por su altura y corpulencia, y que ayer supuestamente protagonizó una serie de episodios marcados por la violencia a primera hora de la mañana.

Lo peor fue que, al cruzarse con un vecino de unos 45 años de edad y al que no conocía, lo agredió brutalmente para a continuación colarse en un bar de la zona y sustraer un cuchillo con el que gritó que pretendía rematarlo.

La heroica intervención del responsable del establecimiento -bar La Capilla- y la providencial aparición de una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía evitó males mayores. La secuencia de acontecimientos arrancó todavía más temprano, según detallan los responsables de un negocio de alimentación cercano. Otro vecino les alertó de que un sujeto que respondía a las características del posteriormente detenido había destrozado dos espejos retrovisores de sendos vehículos aparcados. El método, una violenta patada a cada uno mientras avanzaba hacia el interior de la calle Salamanca.

Ya a media altura y cuando el reloj había sobrepasado levemente las 9:30 horas se produjo el encontronazo con su víctima, a la que sin mediar palabra habría asestado un cabezazo que tuvo como consecuencia hasta doce puntos de sutura por una herida abierta en el entrecejo y una presumible fractura de los huesos propios de la nariz.

Por supuesto, lo que más alarmó a los vecinos fue lo profuso de la emanación de sangre, propia de las heridas sufridas en el rostro.

Justo tras la agresión, el Gaditano se introdujo en el establecimiento y se apoderó de un cuchillo con el que se dispuso a salir cuando se topó con el propietario, que reaccionó ante semejante escena gritando para para que soltase el arma.

Hacerse cargo

Felizmente, los integrantes de una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía se detuvieron al oír los gritos y pronto se hicieron cargo de la situación.

Mientras reducían al individuo -no sin mérito ya que seguía blandiendo el cuchillo-, éste rezongaba para que le soltasen, que tenía que ir a matar al otro.

Fuentes de la Comisaría provincial confirmaron anoche a DIARIO DE AVISOS el arresto de este varón como presunto autor de un ataque con arma blanca y un delito de lesiones, a la espera de su pronta puesta a disposición de la autoridad judicial.