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Piden 13 años a un violador que reincidió el día después de salir de prisión

EFE | Valencia

El Ministerio Fiscal ha pedido 13 años de cárcel para un hombre que violó a una mujer que paseaba por la calle y agredió a otra instantes después al día siguiente de ser puesto en libertad tras estar encarcelado una semana por otra agresión sexual.

La pena solicitada inicialmente era de 21 años, pero una de las víctimas ha explicado que no se sintió agredida sexualmente, sino que pensó que el agresor la asaltó para robarle el bolso, por lo que la fiscal ha modificado su acusación para reducirla a un delito de agresión sexual y una falta de lesiones.

Según el relato de la primera víctima, el acusado (un ciudadano rumano al que ha reconocido sin dudarlo por su cara, su físico y ciertos tatuajes) la asaltó el 29 de septiembre de 2011 en la calle San Roque de Valencia, la amenazó con un cuchillo en el cuello y la obligó a practicarle una felación.

Instantes después la obligó a levantarse, le puso el cuchillo en el estómago y quiso bajarle los pantalones.

“Tuve un momento de lucidez y le dije que así no se hacían las cosas, que a una chica se le tenía que pedir el teléfono primero”, según ha explicado la primera de las víctimas, quien asegura que logró convencer al agresor para concertar una cita posterior.

La mujer llamó a la policía y explicó lo sucedido, pero no quiso ser examinada por un médico forense ni recibir atención psicológica.

Los policías que acudieron a la llamada de esta primera víctima, según han explicado, fueron avisados de un supuesto segundo intento de agresión similar en la calle Carrascosa.

Esta segunda víctima (que no ha comparecido inicialmente y su presencia ha tenido que ser requerida expresamente por el juez) ha explicado que no se sintió agredida sexualmente, sino que pensó que el agresor, al que también ha reconocido, trató de robarle el bolso al abalanzarse sobre ella.

La segunda víctima también fue amenazada con un cuchillo y sufrió rasguños en el pecho y un corte en un brazo, motivo por el cual fue trasladada a un hospital.

En el camino, que realizó en un vehículo de la Policía Nacional, la mujer reconoció al agresor al pasar por la avenida Burjassot, donde la Policía Local había acudido avisada de una supuesta agresión física de un hombre a una mujer que se produjo en un solar abandonado en el que reside una comunidad de rumanos.

“La chica identificó al agresor y en base a los indicios de los que disponíamos lo detuvimos”, ha explicado el agente de policía nacional que viajaba en el vehículo con la segunda víctima.

El acusado ha defendido que no fue él quien agredió a ambas mujeres, que su detención se debió a un “malentendido” y que la descripción sobre su indumentaria no coincide con la que dieron las víctimas.

Su defensa, que ha pedido la absolución, ha alegado que no se organizó una rueda de reconocimiento al uso, que la detención obedeció únicamente a un impulso de los agentes y que no hay testigos de lo sucedido, aunque una mujer ha afirmado haber presenciado la agresión desde su vivienda, en un primer piso, haber escuchado gritar a la mujer y haber llamado a la Policía.

Asimismo, ha pedido, citando jurisprudencia del Supremo, que no se considere agravante el uso de un cuchillo y ha recordado que su defendido no tiene antecedentes penales (aunque sí policiales ya que fue detenido una semana antes por otra agresión sexual).