contraposiciones >

Dando luz – Por Nuria Roldán-Arrazola

Fue en la primavera del año 1978 cuando el IX Congreso del Partido Comunista de España (PCE) confirmaba la definitiva configuración de la política de reconciliación nacional con la definición de la fuerza eurocomunista, entendida ésta como desarrollo socialista democrático.

Fueron los comunistas los que emprenden un proceso de convergencia con los sectores reformistas del régimen y las fuerzas democráticas opositoras a éste, con el objetivo de aislar al franquismo y de hacer un proceso pacífico hacia la misma democracia.
El alejamiento de las posiciones soviéticas y la definitiva apuesta por la construcción de un socialismo democrático, que no era tacticismo, sino estrategia de largo alcance, configuraba al PCE como un partido eurocomunista en la órbita del PCI y de la herencia del ideólogo italiano Gramsci.

No fue fácil la asunción de estas cuestiones en un partido con un fuerte componente soviético y anclado en posiciones antidemocráticas, que entendía la democracia como un mero tacticismo que imponía el juego político, para posteriormente hacer la revolución socialista. La defensa de estas posiciones abocaba al PCE a la socialdemocracia, pero un PSOE anclado en tácticas ventajistas y, con una más que discutida visión histórica, pretende aislar al PCE y condenarlo a una involución para así rentabilizar electoralmente el rechazo al régimen.

Por ello, hablar de situaciones modélicas en los personajes históricos que muñeron nuestra transición es, cuando menos, no haber entendido la dinámica de la historia y a los líderes políticos como personajes históricos, es decir, sujetos a los acontecimientos.

nuria-roldan.blogspot.com