EUROPA PRESS | Madrid
El Ministerio de Defensa verá su presupuesto reducido un 6% en 2013, con un total de 5.937 millones de euros, 379 millones de euros menos que este año. Del total, dedicará alrededor de un 75,86% a los gastos de personal, mientras que la cantidad dedicada al capítulo de inversiones se queda en 484,67 millones de euros.
Con estos presupuestos, Defensa acumula ya cuatro años consecutivos de recortes, desde que en 2008 tuvo su presupuesto más elevado, 8.491,3 millones de euros. Desde entonces, el gasto en Defensa ha caído un 30%.
De los 5.937 millones con que contará el Departamento dirigido por Pedro Morenés, un total de 4.504 millones irán al capítulo primero, es decir, a gastos de personal. Esta partida sólo se ve reducida un 0,1%: en 2012 se presupuestaron 4.529 millones de euros para estos gastos.
Aumenta el gasto personal en la reserva
De hecho, en el detalle, se observa que hay incluso una partida que se incrementa: la del personal en la reserva, que necesitará en 2013 un total de 554,4 millones de euros, frente a los 550,9 que se presupuestaron para este año.
Mientras tanto, el capítulo de inversiones baja desde los 694,64 millones presupuestados para 2013 a los 484,67 que se prevén para 2013, un 29,9% menos.
Sí se incrementa el importe destinado a los programas especiales de armamento, que se sitúa en 6,8 millones de euros, aunque previsiblemente el pago a las empresas por estos grandes proyectos sea mayor en 2013 como ha ocurrido este año.
Para los presupuestos de 2012 se fijaron sólo 4,95 millones de euros para los programas especiales de armamento, aunque hace sólo unas semanas el Gobierno aprobó un crédito extraordinario de 1.783 millones de euros para pagar las deudas acumuladas en 2010 y 2011 y los compromisos para este año.
Ahora, el Ministerio se propone continuar renegociando con las empresas para aplazar entregas y revisar los contratos, de manera que la factura –que suma unos 31.000 millones de euros a pagar hasta 2025– se reduzca considerablemente.
Plan para reducir, aplazar y renegociar contratos
De hecho, en los Presupuestos, Defensa asegura que está “firmemente comprometido con reducir los compromisos adquiridos a medio y largo plazo”. Para ello, dice que se “ha diseñado un plan de actuaciones que contempla la reducción de unidades, aplazamientos de las entregas, renegociación de condiciones y venta de material”.
Por lo pronto, los 6,8 millones de euros ya previstos son para afrontar pagos de sólo tres programas especiales de armamento: 4,94 millones para el avión de combate Eurofighter; 1,1 millones para el avión de transporte militar A400M y 736.000 euros para el helicóptero de combate Tigre.
También se reducen las partidas de formación del personal, que pasa de los 418,96 millones de euros a los 387,21 millones, un 7,57% menos. El proyecto de presupuestos asegura que Defensa pretende “completar el sistema de enseñanza miltiar, perfeccionar su funcionamiento y aunar los esfuerzos de los centros educativos”.
Mientras tanto, la partida de gastos operativos de las Fuerzas Armadas pasa de los 2.289 millones de euros a los 2.165 millones que tendrá en 2013, un 5,4% menos.
Principal misión: defensa de España y sus intereses
En la descripción de los objetivos del Departamento, el Ministerio fija también las grandes directrices que presidirán la política de Defensa y hace hincapié en la necesidad de tener “una plena concienciación de que el principal papel de las Fuerzas Armadas es la defensa de España y sus intereses, por encima de otros objetivos”.
Para ello, señala que los Ejércitos y la Armada deben tener “la capacidad, preparación y determinación de empleo” tanto frente a “los riesgos y amenazas no compartidas” con otros países, como a aquellas que afectan a la comunidad internacional y que deben ser por tanto confrontadas desde las organizaciones multilaterales.
Dicho esto, recalca que la situación geográfica de España le conduce a que tenga “sus propios retos y amenazas”, por lo que su política de defensa “debe estar vigilante y analizar con mucha atención lo que ocurre en el Mediterráneo, así como en las zonas próximas que influyen en los países de la ribera sur”.
En concreto, señala que es “fundamental” para los intereses de España “la situación en el Sahel, Oriente Medio y la zona del Golfo de Guinea, no sólo por la influencia que sobre otros países pueda tener, sino principalmente porque afectan directamente a la seguridad de España”.