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En falso > Francisco Pomares

En declaraciones publicadas ayer, el ministro Soria ha garantizado que no habrá recorte de la subvención al transporte de los residentes en los presupuestos del 2013. Teniendo en cuenta el secretismo existente sobre qué se va a tocar y que no en los próximos presupuestos -en los que continúa el ajuste- la promesa de Soria sobre ese 50 por ciento de descuento por residencia debería cerrar el debate. Un debate en falso surgido a raíz de la aprobación en el Senado de una proposición en la que se acordó seguir dotando la subvención “mientras existan recursos presupuestarios” para poder hacerlo.

La política que se practica hoy -en Canarias y en todas partes- se ha vuelto absolutamente declarativa: los políticos y los Gobiernos parecen más interesados en responder a los titulares creados en la mayoría de las ocasiones por otros políticos o por sus gabinetes de prensa, que en trabajar para sacarnos de la crisis. Se dedica mucho más tiempo a alimentar el conflicto que a encontrar su solución. La vida es dialéctica y enfrentamiento, y la política no puede escapar a esa norma, pero hay ocasiones en las que se crean situaciones totalmente absurdas o se denuncian agravios inexistentes, que pueden acabar por volverse reales.

El caso de la moción del Senado sobre el descuento a residentes es paradigmático: se aprueba una resolución apoyando la continuidad de la subvención (mientras haya crédito presupuestario para hacerlo), y la obviedad de esa coletilla es utilizada por los nacionalistas para presentar la resolución como si su objetivo fuera liquidar la subvención. A partir de ahí, la polarización política en la que andamos fatalmente instalados se combina con la mediocridad de nuestros dirigentes y hace el resto: desde Coalición se inventa nuestra propia Diada acusando al Estado de no querer a Canarias, y se llega a proponer movilizaciones en contra de una reducción de la subvención que nadie ha planteado. En el otro bando, algunas voces despistadas en el PP, privadas del recurso al argumentario, defienden lo indefendible si eso es lo que toca, y acaban por justificar la desaparición de la subvención, porque han leído o escuchado en los medios que se va a producir. Pero mientras debatimos sobre el aire, nadie se ocupa de resolver el disparate que supone volver al sistema antediluviano del certificado de residencia, o de preguntar en que estado se encuentra el expediente abierto por los millones de euros de la presunta estafa de Islas Airways, esa que provocó que los que viajan tengan que volver a hacer colas en los Ayuntamientos.