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González Cejas denuncia la picaresca de los ‘transfers’

JOSÉ L. CONDE | Granadilla

El alcalde de Granadilla, Jaime González Cejas, ha declarado a este periódico su oposición a que se mantengan los transfers, es decir aquellos vehículos que cuenta con un permiso para recoger pasajeros en puertos y aeropuertos de fuera de su municipio, porque ha demostrado que hay mucha picaresca, a la vez que ha ocasionado que se desestimen muchas multas de tráfico durante el periodo de tramitación. Como se sabe el pasado mes de septiembre entró en vigor el nuevo reglamento del servicio de taxi aprobado por el Gobierno de Canarias, aunque dejó abiertas las puertas para una nueva regulación por parte del Cabildo.

En este sentido el pleno municipal de hoy analizará una moción de la Concejalía de Transportes, que dirige María Soledad Díaz, en relación con esta posible regulación para determinar las áreas sensibles y la figura de los transfers.

Justicia

El alcalde ha señalado también que se ha dirigido al Cabildo para expresar su oposición a la nueva regulación, que aunque será más técnica, dará siempre dificultades de interpretación. Además indica que “nos parece de justicia que nosotros que tenemos infraestructuras que limitan el desarrollo de nuestro municipio tengamos al menos la compensación de que el trabajo que genera el trasporte sea desarrollado por gente del municipio.

González Cejas entiende que los 178 vehículos que tiene Granadilla son suficientes para atender las necesidades del aeropuerto y, por tanto, se suman a esta protesta que ha sido secundada por el Ayuntamiento de La Laguna y con cualquier otra organización que se sume.

La corporación municipal ya dio en su día instrucciones a la Policía Municipal para que actúe e impida que taxistas de otros municipios operen en el aeropuerto Reina Sofía.

Por otro lado, el pleno municipal abordará sendas mociones del grupo de gobierno (PSOE y PP) y de la oposición, Coalición Canaria, para que se rehabiliten y acondicionen las pistas de acceso a la corona forestal de Granadilla de Abona para poder instalar los medios contraincendios. El mal estado en que se encuentran estas vías dificultaría, en caso de registrarse un siniestro forestal, la llegada en un tiempo razonable de los medios técnicos y humanos a los focos del incendio.