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Para las generaciones que en la actualidad, por ley de vida, están en el centro del periodo laboral de esta sociedad en la que vivimos, donde tanto y con tanta velocidad está evolucionando esta cosa que llaman progreso, donde a los cinco años o menos de haber adquirido la máquina, el objeto, la ley, la moda, las costumbres, éstas se han quedado obsoletas… Todo esto me lleva a pensar que para casi todas las generaciones que suceden al que suscribe, que nació en 1923, es algo que pertenece a la prehistoria, algo muy anticuado, totalmente desfasado y fuera de lugar, como para no poder encajarlo dentro de los parámetros y repito de esto que llaman progreso y desarrollo globalizado, pues es algo que no encajo en ningún sitio o lugar. Desde mi prehistoria quiero preguntar a todos los que saben de progreso, de globalización…, puesto que viven de ello, en ello y para ello, para que me puedan dar una explicación clara con una terminología adecuada o sea comprensible para los que quedamos de la época prehistórica y lo podamos comprender. La pregunta es como sigue, previo planteamiento de los hechos. Por citar un ejemplo, pues no es el único caso en nuestra Isla, pero por su situación es de fácil comprobación por cualquiera de los lectores.

En el término municipal de Candelaria, en el barrio de Las Caletillas y en las aguas enfrente del caserío, por citar un punto, Casa Genaro, no tengo autoridad para decir a cuántos metros mar adentro desemboca un emisario que, para el que no sepa que significa esa palabra, traducido a mi época prehistórica, es la cloaca que recoge todas las aguas negras y residuales de todo el caserío del casco de Las Caletillas viejo y nuevo del lugar y lo traslada a metros fuera de la costa.

La Jefatura de Costas, a través de la Benemérita y helicópteros, controla y sanciona a todo aquel que vierta al mar residuos sólidos, escombros o líquidos como aguas que procedan de piscinas que han sido cloradas o limpiado el vaso con detergentes u otros productos químicos, acciones que son controladas con mucho celo por los inspectores de Costas, que inspeccionan regularmente estos lugares de ocio y de recreo, para que el comportamiento de éstos se ajuste a sus normas o leyes.

En calidad de peatón he tenido la oportunidad de visitar lo que podríamos denominar el casco histórico del barrio de Las Caletillas y he observado en más de una ocasión lo siguiente. Normalmente, cuando la costa es rocosa, al bajar la marea quedan al descubierto una serie de calitas, charquitos a los que en una situación normal de ambiente y a marea vacía repito, se desprende un olor a mar, a marisco muy agradable, el cual en esta zona ha desaparecido y si hacemos un recorrido por los callejones del lugar he apreciado en más de una ocasión algo así como que de los registros redondos de las alcantarillas emanasen unos olores que delatan su contenido, inconfundibles circunstancias éstas por las que el progreso y la globalización que se sepa no hace nada por evitar estos malos olores que tanto deprecian el lugar, convirtiéndolo en nada atractivo. A todo esto tengo que añadir que existen días de bonanza en los que el litoral se siente afectado por unas suaves brisas que traen unos olores a estos desperdicios humanos que expulsa el emisario y que, según como esté el tiempo, afectan en tiempo y extensión a esta zona. De todas estas anomalías creadas por el progreso y por la globalización, ni las autoridades municipales, ni Costas, que se sepa, nada hacen por evitar estos males que cualquiera puede apreciar y que en tanto perjudica a una zona que trata de potenciarse como residencial por su proximidad a la capital y con un mínimo de turismo por el que poco se hace para que crezca, sino todo lo contrario. Existe una diferencia abismal, sin sentido, entre estos improcedentes controles hacia unos lugares que están dando puestos de trabajo y hacen mover la moneda y el emisario que vierte al mar todo lo que le echan, heces, todos los productos químicos de limpieza que hay en el mercado, grasas vegetales y minerales, etc, y añado que cerca de la terminal del emisario existen unos criaderos de pescado (…).