Estreno hoy esta columna y hay tantos temas de actualidad sobre los que opinar que no sé cuál elegir. Son muchas las cosas que en estos momentos interesan a los lectores, pero pocas esperanzadoras. La crisis económica y la prima de riesgo las dejo para los expertos, que ni ellos mismos se aclaran ni saben cuándo va a acabar el calvario. La estrategia chantajista de los nacionalistas catalanes me pone de mal humor, porque encima soy del Barça, desde chiquito. Muy preocupante es el avance del radicalismo islamista en el El Sahel africano, más cerca de Canarias de lo que quisiéramos y de lo que imaginamos. Los proyectos de prospecciones petrolíferas en aguas del Archipiélago, con las bendiciones entusiastas del PP, puede acabar con nuestra gallina de los huevos de oro: el turismo. Dramas realmente sangrantes son el aumento de los desahucios por impagos y el caso de los robos de bebés, que al parecer tuvo en Tenerife uno de los centros neurálgicos de la trama. De chiste es, en cambio, la polémica en el Ayuntamiento de Santa Úrsula por la rebeldía de los concejales del PP contra su alcaldesa, o la moda de los robos masivos de alcantarillas en muchos barrios de la Isla. En Santa Cruz, mientras tanto, se ha armado la marimorena con la dimisión del primer teniente de alcalde Julio Pérez, que deja al PSOE capitalino aún más descabezado y desbaratado… En verdad, no sé de qué escribir porque además, creo que la gente está cansada de chanchullos, peleas y desgracias. La mayor parte de lo que aparece en los medios de comunicación son noticias negativas.

Hay días en que leer un periódico o ver un telediario es una auténtica tortura, más propicia de masoquistas: todo tragedias. La gente está amargada y más aún la amargamos los periodistas, muchas veces. Por eso el cuerpo me pide estrenar hoy La Punta del Viento con algo agradable que aporte al menos un poco de optimismo al panorama. Pero se me acaba la columna y no encuentro nada que me motive. Será cuestión de seguir buscando para la columna de la semana que viene.