Manuel Marcos deja este domingo el bastón de mando del PSC-PSOE en La Palma. Con toda seguridad ha sido el mejor dirigente imaginable para los socialistas palmeros en un tiempo cargado de turbulencias para esta organización en Canarias, tan adicta a vivir en una perpetua crisis sísmica. Manuel Marcos es de esas personas que llaman de partido. Quizá sea esa querencia por el PSOE la que le ha permitido navegar en diversas aguas sin nunca caerse del barco. En esta última década, además de poner de manifiesto su liderazgo indiscutible en La Palma, ha tenido la oportunidad de demostrar que está capacitado de sobra para dirigir un proyecto regional. Lo triste es que todavía hay organizaciones que parece que no están preparadas para ser lideradas desde la periferia, por ese casposo complejo capitalino que une el Teide con Roque Nublo. Si no que se lo pregunten a Antonio Castro. Esta forma de entender la política es la que también le ha hecho dar la cara sin vacilar en las duras y las maduras. Tanto cuando le tocó presidir el grupo parlamentario socialista, aprobando con nota esta difícil prueba de liderar la oposición en Canarias, como cuando hizo lo mismo pero en el Cabildo de La Palma y en el mandato anterior, posiblemente los años más duros o tristes de su carrera política, estuvo a la altura.
Pero esta vinculación al PSOE no le ha impedido tampoco plantarle cara a todo el aparato de Ferraz para encabezar una candidatura alternativa a la oficialista, que estuvo cerca de darle una desagradable sorpresa al actual secretario general en Canarias, que cargaba en su mochila al ilustre Pepe Blanco. También supo manejar una crisis descomunal tras las últimas elecciones locales, cuando la rebelión palmera llevó a gente de su círculo político más cercano, como el actual alcalde de Santa Cruz de La Palma, Sergio Matos, a ser expulsados del partido por decreto inquisitorial de un tal Hernando. Manuel Marcos deja el PSOE en La Palma bien, muy bien si lo comparamos con la jaula de grillos de organizaciones como Las Palmas o Santa Cruz de Tenerife. No sería ninguna sorpresa que sea el próximo dirigente del PSC-PSOE. Ahora mismo no hay nadie con más capacidad de sumar y generar ciertas expectativas entre los socialistas canarios.