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Temen que la fiebre Q potencie la “demonización” de los cabreros

CABRAS BARRANCO TAFURIASTE MPP
En el barranco se tienen registradas aproximadamente unas 300 cabezas de ganado. / MOISÉS PÉREZ

LUIS F. FEBLES | La Orotava

Desde que el Gobierno de Canarias confirmara que ejemplares de cabras que se encuentran en el barranco de Tafuriaste, en La Orotava, estaban afectados por la fiebre Q, una enfermedad que cuenta ya con una persona contagiada, el sector ganadero se enfrenta a uno de sus momentos más críticos.

Además, ayer se dio la trágica circunstancia de que se encontró (en su propia casa, ubicada en Benijos) el cadáver de uno de los cabreros que tenía su corral en el citado barranco, y que, según fuentes ganaderas, se había negado al traslado de sus animales del sitio en el que llevaban muchos años. Ahora se está a la espera de conocer el resultado de la autopsia, para así conocer el origen real de la muerte. Fuentes cercanas a la investigación hallaron un bote de veneno junto al cuerpo. Esto sucede tras acordarse la semana pasada el desalojo de los corrales de cabras ubicados en ese barranco.

La Asociación Nacional de Criadores de Cabra Tinerfeña (Acricati) pone en tela de juicio el tratamiento mediático que se ha efectuado en relación con las consecuencias de la fiebre Q y alerta de los efectos económicos y sociales de un problema “que se ha distorsionado”. Responsables de esta asociación explicaron que se va a asistir a una “demonización” de los cabreros y de los animales por el miedo que se ha generado a raíz de informaciones que, en algunos casos, “no se ajustan a la realidad, ya que esta patología afecta, y no a todo el mundo, si la persona se halla cerca de la explotación o en contacto directo con heces u orines; el contagio es por vía aerógena y hay que estar a una cercanía relativa”. En esta línea, temen que la población “no quiera tener cerca a los animales y decidan no consumir leche o quesos, pese a que hay garantías de seguridad”. Además, dejan claro que “se les hace mucho daño a los cabreros, a la ganadería y a las queserías artesanales”.

Por su parte, el Ayuntamiento es consciente también de la alarma que puede generar en la sociedad que ya haya una persona con fiebre Q. Por ello, entiende que los vecinos de la zona estén preocupados por todas estas circunstancias. No obstante, el teniente de alcalde, Narciso Pérez, apunta que “no se debe llevar a equívoco y erradicar todas las cabrerizas ya que los rebaños forman parte de nuestra cultura y siempre han estado en los barrancos isleños”.

Por último, tiene claro que una de las actuaciones prioritarias es la regularización del pastoreo en el Valle, “porque es una cuestión que no puede realizar unilateralmente el Consistorio”.

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Las cabras siguen sin ser reubicadas

El Cabildo de Tenerife no procedió ayer al desalojo de las cabras instaladas en el barranco de Tafuriaste, pese a que así se acordó hacerlo la pasada semana durante una reunión entre las consejerías de Agricultura del Gobierno de Canarias y del Cabildo de Tenerife, la Dirección General de Salud Pública, el Consejo Insular de Aguas y el Ayuntamiento de La Orotava. El consejero insular de Agricultura, José Joaquín Bethencourt, indicó que el motivo se debió al “trágico fallecimiento de uno de los cabreros que tenía su explotación en ese lugar”.

Por este motivo, será necesario esperar a hoy o mañana para conocer si se hará efectivo el abandono, todo ello, pese a que en la mañana de ayer, el presidente del Cabildo, Ricardo Melchior, aseguró al alcalde villero, Isaac Valencia, “que se comprometería al desalojo y a la ubicación de los animales en un terreno del Valle, propiedad de la institución insular”.

El concejal de Urbanismo de La Orotava, Narciso Pérez, apuntó que el Cabildo “debió buscar una solución con anterioridad, dada la magnitud del problema, así como de la orden de actuación emitida desde el Gobierno de Canarias, a través del Servicio Canario de Salud”. Sin embargo, “pasan los días y la situación sigue igual”, dijo la misma fuente.

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