El Corarro – Por José Carlos Marrero

EL ‘BANKIAZO’ DE BERMÚDEZ
Más que puntazo deberíamos llamarlo bankiazo pero, sea lo que sea, no puedo por menos que abrir El Cotarro de este domingo felicitando al alcalde chicharrero, José Manuel Bermúdez, que con su gesto a favor de resolver el sangrante drama de los desahucios ha logrado tocar la fibra sensible de la descorazonada banca (léase Bankia) y, lo que es más importante, solucionar el problema de Carmen Omaña… El alcalde chicharrero ha sido portada en casi todos los informativos de prácticamente todas las televisiones de España… Sin duda se puede hacer política en positivo, conseguir soluciones y, encima, ganar en imagen, prestigio y popularidad. ¡Bien!

LO QUE DAN DOS LÍNEAS Y MEDIA
Aunque El Cotarro del pasado domingo contaba exactamente con 163 líneas, no vean ustedes la que se ha armado por culpa de tan solo las últimas dos líneas y media… Concretamente las que decían textualmente: “Empezando por el realejero que, casi con total seguridad, será el candidato popular a la presidencia del Cabildo en las elecciones del año 2015”… Interesado (yo creo que preocupado) por ellas, me llamó personalmente Antonio Alarcó para preguntarme si lo escrito era una información; me preguntó que quién me la había facilitado y si estaba contrastada… Le dije que era una opinión mía (forjada en base a mis fuentes de información) y que, a día de hoy, me ratificaba en ella… Quedamos en vernos en el Real Casino de Tenerife (en la plaza de La Candelaria) junto a otras dos personalidades del PP tinerfeño (invitadas por él) y con las que (supuestamente) íbamos a clarificar si la manifestación tenía o no… fundamento… Pero no vino nadie… Tomamos un cortado los dos solos (encima le di un golpe a un vaso y le derramé a Antonio un chorro de agua sobre su camisa)…, pero al final y en definitiva… no pudimos aclarar la cuestión…

EL PINO INCENDIARIO
Hablando de realejeros, me viene a la memoria una retahíla que cantábamos de pibe cuando jugábamos a piola a Montalachica y gritábamos aquello de: “Allá arriba hay una huerta, en aquella huerta un pino, en aquel pino una rama, en aquella rama un nido, y en el nido cuatro huevos, que son blanco, negro, rojo y colorado. El blanco, para todos los mancos; el rojo, para todos los cojos; el negro para los quintos infiernos; y el colorado tres pasos para adelante … y hacer lo que uno quiera…” Tremenda la que también se ha montado en Los Realejos por un quítame allá un pino o, al menos, córtame sus ramas…, o mientras tanto la corriente eléctrica… Creo que una vez más, el alcalde realejero, Manuel Domínguez (muy bien asesorado por su director de Seguridad y Emergencias, José Marrón) estuvo muy acertado… Aunque los amigos de Red Eléctrica no le hicieron caso y no cortaron la dichosa corriente…

DECÍA EL MAGO: ‘¡ORGANÍCENSEN!’
Está demostrado que el pino (aunque al parecer la consejera insular Ana Lupe Mora lo quiso rodar para zona urbana) en verdad está en la ladera de Tigaiga, que (como todos saben) está calificada como paraje natural protegido y toda su custodia corresponde al Cabildo… Cuando las ramas del dichoso pino chocaron con los cables de alta tensión y las chispas propiciaron el inicio del incendio, los bomberos voluntarios de Los Realejos se plantaron allí en breve… Empezaron a echar agua, pero les dijeron que no lo hicieran hacia los cables porque podría producirse un arco voltaico de 60 kilovoltios y dejar a más de uno achicharrado… Sobre las 14.16, el alcalde Manuel Domínguez avisó de que el pino de marras estaba en zona del Cabildo y que debía ser éste el que llamara a Red Eléctrica o hiciera algo al respecto… Pero lo único que pasó es que los de la Brifor recibieron la orden de ir para otro lado; desde las 14.16 a las 19.05 parece que nadie hizo nada efectivo (o como decía el poema del huevo colorado: hicieron lo que quisieron)…, y efectivamente el incendio terminó propagándose… Y así nos luce el pelo… O, mejor dicho, así se nos quema el pelo…

UN ‘CHAT’ CON MUCHA SEGURIDAD
Les cuento otra buena que tiene que ver con la interesantísima y eficaz iniciativa de un puntal llamado José Alberto Díaz Domínguez, concejal de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento lagunero, por la que, de forma discreta (y gastronómica), se están reuniendo cada mes los concejales de seguridad, tráfico y/o emergencia de casi todos los municipios tinerfeños para intercambiar conocimientos, inquietudes, necesidades y experiencias. La última se celebró en Vilaflor el pasado viernes… Unas reuniones (y los debates que se producen entre ellas) que continúan a través de los teléfonos móviles en un chat que tienen montado con la aplicación WhatsApp. La consigna es que vayan solamente los concejales del ramo (sólo han aceptado a Pepe Marrón por su especial cargo y expertos conocimientos) y, cuando no hay concejales delegados, tienen que ir (y van) los mismísimos alcaldes…

Y SEGURIDAD MUY GASTRONÓMICA
En esta ocasión apareció el de Tegueste, José Manuel Molina; la ex de Arico Olivia Delgado; el de Arafo, José Juan Lemes, y el propio anfitrión de Vilaflor, Manuel Fumero… Y todos llevaron parte del condumio coordinado en el chat del que yo he interceptado un mensaje: Granadilla (postres variados), Arafo (pan, claro está), Tegueste (vino), Arona (postre y fabada), La Laguna (ropa vieja y postre de crema), El Rosario (queso blanco), La Orotava (café y bebidas sin alcohol) y así hasta unos 17… La iniciativa está siendo tan enriquecedora que piensan que debería trascender de Tenerife y quieren que José Alberto Díaz sea el dinamizador de un encuentro a escala regional… Pensándolo bien, lo lógico es que la idea debería ser coordinada por Juan Manuel Santana, director general de la cosa en el Gobierno de Canarias, pero yo creo que él mismo está de acuerdo con que sea José Alberto con su especial talante el que pilote a sus colegas concejales… Y mientras, la Guanchancha con su jefe, Luis Santos Jara, al frente, parece que ni está ni se le espera…

AVISO ANTES DE TERMINAR
La pasada semana una surrealista anécdota sucedió por las calles madrileñas, teniendo como coprotagonista a un importante político tinerfeño (llamémosle DD), que, por lo que se ve, debe tener homofobia, o sea, aversión obsesiva hacia las personas homosexuales… Fruto del impresentable y lamentable episodio, el político fue invitado a bajarse de un coche oficial (cuyo servicio había sido encargado por otro importante político, senador y a la vez alcalde de un pueblo de Castilla-La Mancha)… Nuestro ilustre paisano político se vio materialmente botado del coche, viéndose tirado en la calle… Tengo toda la información, los nombres de sus protagonistas y, sobre todo, conocimiento del fondo del asunto…, pero, en cualquier caso, voy a contrastarlo de nuevo y, si eso…, ya se los cuento el próximo domingo…

VÍCTOR ÁLAMO, EN TRES TESIS
Y termino, como siempre en positivo, contándoles algo inusitado y por ello interesante para que luego digan que un tinerfeño no puede ser profeta…, aunque sea en tierras venecianas… Resulta que la obra de nuestro paisano y escritor Víctor Álamo de la Rosa es actualmente objeto nada menos que de tres tesis doctorales… La primera de ellas, la tesis del investigador italiano Martin Beux, en la Facultad de Literatura Extranjera de la Universidad de Génova, se centraba en el universo literario de la Isla Menor, trasunto literario de la isla de El Hierro, visible en las cinco novelas y en los relatos publicados por el escritor canario. A esta tesis acaba de unirse la presentada por Isotta Luca, investigadora de la Facultad de Filología de la Universidad de Venecia, que ha elegido para su tesis el libro Mareas y marmullos, el volumen que reúne todos los relatos del autor de El año de la seca… Finalmente, la tercera tesis en curso es la que está llevando a cabo la brasileña Sarah Munck Vieira en la Universidad Federal de Juiz de Fora, del estado brasileño de Minas Gerais. El trabajo de la estudiosa brasileña abordará toda la obra de Víctor Álamo y, aunque la tesis se presentará a finales del 2013 en Brasil, ya puede leerse un adelanto en la revista brasileña Darandina (en la web www.ufjf.br/darandina), donde Sarah Munck analiza la novela El año de la seca, precisamente publicada por vez primera en 1997 en Río de Janeiro.