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Disgustos> Por Alfonso González Jerez

El PSC-PSOE ha querido dejar claro que el proyecto de presupuestos autonómicos para 2013, diseñado y presentado al Parlamento por el Gobierno formado por coalicioneros y socialistas, no le gusta. Sinceramente, no les gusta, aunque la diputada Dolores Padrón dulcifica ese malestar al decir que se ha “salvado el corazón” de los sistemas públicos de educación y sanidad. Los políticos, que siempre han tenido una relación problemática con las metáforas, están a punto de arruinarlas todas, como si fueran cajas de ahorro. Curiosa manera de salvar un corazón esa de chuparle la sangre al enfermo. No, a los socialistas, definitivamente, no les gusta el proyecto presupuestario que votarán disciplinada, casi heroicamente, a finales de año, pero nos advierten que gracias a su moderador vampirismo en el Gobierno de Paulino Rivero se conseguirá aplazar el apocalipsis durante varios trimestres.

Para ser absolutamente sinceros, a mí tampoco me gusta esta columna. En realidad no me gusta ninguna. De las columnas del resto del Archipiélago, qué les voy a contar. Pero es que a los periódicos no les está gustando nada ni los titulares que ofrecen todos los días ni las informaciones que deben brindar a sus lectores. Cuando un periódico advierte de un cataclismo económico y social irremediable el mensaje lleva encriptado su propia defunción. A los abogados no les gusta nada la situación de la administración de justicia, a los médicos y enfermeros les enferma cotidianamente la agonía de hospitales y centros de salud, a los profesores les disgusta furibundamente las condiciones del ejercicio del magisterio, la falta de papel higiénico en los retretes del colegio, el entierro de las universidades, el exterminio de la investigación, la transformación de las becas en pura mitología que cuentan los más puretas en el bar, mientras los padres comienzan a evaluar las reservas de choped y pan viejo ante el cierre de los comedores escolares. Pero, muy especialmente, a los desempleados, los desahuciados, los que sobreviven con quinientos euros al mes no les gusta, es curioso, encontrarse en esa situación. Lo crea o no lo crea la señora Padrón y sus compañeros, sus socios coalicioneros y esa expresión de cinismo supurante que representa el PP en Canarias, los que ahora mismo, mientras escribo una columna que no me gusta, están escarbando en las basuras del supermercado de la esquina no les gusta nada actuar como perros hambrientos que roen su perra vida.