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La mamba negra> Por Óscar Herrera

Los rivales nos han perdido el miedo. Ese comentario lo he escuchado en más de una ocasión después de ver como el Coruxo estuvo a punto de derrotar al Tenerife y, por momentos, se le subió a las barbas al líder de la categoría. Sin perder todavía, pero hay quien quiere ver el vaso medio vacío y apunta que, de los últimos cuatro partidos, los blanquiazules sólo han sido capaces de ganar uno. Con todo, cierto halo de preocupación empieza a extenderse por el pesimista de turno, que ve cercana la primera derrota del año futbolístico.

Agoreros y negativos que abundan por estas tierras y que están deseando que se tropiece para proclamar aquello de: ¿Ven?, ¡ya lo decía yo! Pero desde mi óptica personal no existen evidencias de un bajón de rendimiento en el juego del equipo, ni en el de algunos jugadores que han brillado menos en estas últimas jornadas. No hay motivos para la preocupación. No aprecio ni un solo argumento que me haga dudar de la capacidad del CD Tenerife para seguir dominando y mirando por el retrovisor a los 19 equipos que envidian la posición del grupo de Cervera. Todos esos clubes se cambiarían sin pestañear por el Tenerife. Y no sólo por la primera plaza que tiene el equipo blanquiazul, sino, sobre todo, por el potencial descomunal de su plantilla. Es, precisamente, por ahí donde pongo mi acento crítico de hoy.

Mínimo, pero a considerar: el Tenerife debe asustar más al rival. Si vas ganando cero a uno, no puede ser que el oponente te asuste más que tú a él. Ya pasó en Leganés, sucedió en Valdebebas, también con el Getafe B, y en Coruxo se volvió a repetir. Frente al Real Madrid C se pudo ganar, pero ante gallegos y madrileños de Leganés y Getafe B se dejaron escapar seis puntos valiosos. El Tenerife debe ser como la mamba negra: una serpiente veloz, inquieta y letalmente venenosa que, cuando se siente amenazada, puede resultar muy agresiva. Cuando eso sucede y el rival persiste, la mamba no ataca una vez, sino muchas, inyectando en cada ocasión grandes cantidades de una potente toxina que afecta al sistema nervioso y al corazón.

El CD Tenerife posee el veneno necesario para liquidar a los contrincantes, pero les perdona la vida y de serpiente peligrosa pasa a culebrilla simpática. De resto, tranquilidad y a seguir bailando, que por ahora no hay motivos para sembrar dudas en un equipo que, con sus sombras, sigue teniendo los fusibles de su juego en estado óptimo y con alta fiabilidad de durabilidad.