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Mujeres al poder – Juan Manuel Bethencourt

Mariano Rajoy atiende por igual los requerimientos de las dos mujeres más poderosas del mundo. El problema, para nuestro presidente pero sobre todo para nuestro país, es que los argumentos de ambas damas resultan simplemente incompatibles. En realidad no hay tantas diferencias de perfil entre Dilma Rouseff, presidenta de Brasil, y Angela Merkel, canciller de la República Federal de Alemania. La primera, de origen búlgaro por cierto, fue guerrillera contra la dictadura antes de acceder a la política institucional de la mano de Lula da Silva. La segunda siempre ha sido una defensora del orden establecido; hija de un pastor luterano, jamás osó rebelarse, tampoco frente al oprobio dictatorial de la extinta RDA, una picadora de mentes con ambiciones industriales. Unidas en la perseverancia y un carácter férreo, son la clase de mujeres políticas capaces de enganchar al electorado, por su perfil maternal y al mismo tiempo severo; donde Rouseff empuñó el fusil, Merkel atizó la regla de la maestra estricta, la que ahora marca la tarea al resto de gobiernos europeos, incluido el español. Pero el alumno Rajoy tiene que decidirse: o le da la razón a la brasileña, o se mantiene bajo los dictados de la falsa austeridad pregonada por la alemana, aunque estos no terminen de funcionar en absoluto. Rouseff estuvo en Madrid para recordar que la doctrina de la austeridad, de los recortes en definitiva, resulta tan dañina para el torrente sanguíneo de la economía que es una estrategia que “termina por derrotarse a sí misma”. Lo curioso es que Rajoy le dio la razón el mismo día, desmintiendo con ello tantas afirmaciones de sometimiento a la receta llegada desde Berlín, y según la cual España, el alumno descarriado, debe sufrir, ser castigado con el ricino del ajuste, aunque el mal sabor deban soportarlo unos ciudadanos ya muy purgados por las circunstancias de una crisis que se extiende como un virus. Es normal lo que defienden Rouseff y Merkel, que nadie se llame a engaño. La brasileña teme los recortes porque podrían afectar a una economía ahora en expansión, como la del coloso latinoamericano. En cuanto a Merkel, se erige en portavoz de los bancos alemanes, que quieren recuperar sus préstamos dudosos en el área del Mediterráneo. Ellas, las mujeres en el poder, saben lo que hacen. Lo que francamente no se entiende es lo de Rajoy, un gobernante sin criterio que toca la sintonía del poderoso que le acompañe cada momento en el sofá.

@JMBethencourt