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Cambiar el rumbo – Por Pedro Fernández Arcila

Se prevé que 2013 sea el año más duro, económica y socialmente, de nuestra historia contemporánea y que las tasas de paro y de pobreza superen los límites conocidos hasta ahora. Esta realidad, angustiosa certidumbre para Santa Cruz, nos obliga a abordar los presupuestos para el 2013 convencidos que las medidas deben ser extraordinarias para un periodo que igualmente será extraordinario. Nada será igual a lo que hemos vivido hasta ahora y por tanto las recetas aplicadas en otras coyunturas no deben ser las mismas, la realidad nos obliga a un cambio de rumbo y esto tiene que reflejarse en los presupuestos, la decisión política más trascendental para un municipio. En Santa Cruz estamos obligados a detraer partidas presupuestarias destinas a gastos superfluos, reducir el coste excesivo del aparato político del Ayuntamiento, reducir la sangría que supone tanto trasvase ineficiente de dinero público al sector privado y exigir que las deudas municipales generadas por una pléyade de nefastos políticos sean pagadas por ellos. Desde Sí se puede proponemos desviar el montante de esas millonarias partidas a la generación de empleo y la lucha contra la pobreza que, sin lugar a dudas, deben ser los principales objetivos del Ayuntamiento de Santa Cruz.

No puede admitirse que el presupuesto del Instituto Municipal de Asistencia Social (IMAS) aumenta un ridículo 3,93%, sobre todo teniendo en cuenta que el Presupuesto General del Ayuntamiento también se ha incrementado en el 9,2%, lo que evidencia que, proporcionalmente, la financiación de los Servicios Sociales apenas ha crecido. Tampoco puede admitirse que la política de la empresa de viviendas municipales se limite a administrar los alquileres de los inmuebles de titularidad del Ayuntamiento, cuando esta empresa pública está obligada a desempeñar un papel de primer orden en la oferta de viviendas protegidas, visto que el sector privado se ha demostrado incapaz de intervenir, en esta coyuntura, en el mercado inmobiliario.

Por último insertar conceptos progresivos en los impuestos permitirá mejorar los ingresos municipales de una manera más justa y las tasas ecológicas permitirá combinar una mejora de la calidad de vida con la creación de empleo verde, un sector en el que llevamos un alarmante retraso.