Dicen que en estos momentos de crisis se está conociendo, también, el lado más humano de los humanos. Los gestos de solidaridad, de unión ante la adversidad, proliferan aquí y allá con todo tipo de formatos. El sábado tuvo lugar un telemaratón que, según la organización, recaudó 125 toneladas de alimentos que irán destinados las familias de la Isla que peor lo están pasando. La iniciativa fue todo un éxito y nadie le pude quitar ya ese logro a Mírame TV y a Manolo Artiles, aunque él sabe que había más de uno y de dos esperando que se la pegara. Y es que a Artiles se le pueden endosar muchos sambenitos, pero sabe cómo liarla, en este caso desde su televisión, para movilizar a la gente y, de paso, relanzar, afianzar, potenciar o, igual, salvar, su medio de comunicación. Porque si la acción solidaria de Mírame TV ha sido un éxito, también, o más, ha sido el mediático.
Aglutinar a políticos, empresarios, organizaciones no gubernamentales, los bomberos, comerciantes, artistas, miles de voluntarios, otros medios (incluido este), etcétera y que de ese pastel surja una reminiscencia del espíritu que Capra plasmó en Qué bello es vivir no es nada sencillo en esta tierra cainita. De hecho, muchos de los que pasaron por la alfombra roja a los pies de La Concepción lagunera (literal o metafóricamente) no soportan a Artiles, pero… siempre hay que estar en la pomada de algo que, guste o no su ideólogo, llega a la gente. En todo caso, y adelantándome a esos más de uno y de dos que tienen la escopeta cargada, acciones como la del sábado tienen su recorrido y, a buen seguro, mañana o pasado, todo volverá a su cauce con todo lo malo y lo bueno que eso conlleva. Me alegro de que el telemaratón de Mírame TV haya sido un éxito si eso permite ayudar a alguien y, también, si es una vía, y aquí tiro de corporativismo, para que un medio de comunicación pueda seguir adelante porque eso, en el fondo, es bueno para esta sociedad, aunque alguno crea que su voz es la única que debe ser escuchada…